Lo que nos está diciendo la polémica del youtuber Germán Garmendia, es que muchos ciudadanos creen que la sociedad sigue manejándose igual, expresándose de la misma manera, que a los hijos se les controla y educa tal como cuando no existía la tecnología y que esta se limita a los aparatos electrónicos; no se han dado cuenta que va a una velocidad que los arrasó y que va mucho más allá de los computadores y los celulares.
Tan así es, que no han visto que YouTube es directamente proporcional y fiel reflejo de lo que somos los seres humanos y del entorno que nos rodea. No es que las malas influencias, o las buenas, no hayan existido. Es que la tecnología tiene en herramientas como YouTube una nueva narrativa que, a diferencia de enterarse de lo que sea en conversaciones, está permanentemente en el ciberespacio contando cotidianidades, perversidades, bondades y hasta absurdos como la youtuber chilena que investigando me dio el titular de esta columna, y cuyo menú se extiende a porno para gamers, para tacaños, para hipsters, para obsesivos compulsivos y hasta para golosos. Para todos hay.
Hace un año, el escándalo fue con El libro del Troll del español Rubén, El Rubius, un youtuber muy crudo, vulgar, a quien muchos de los niños siguen sin que sus padres se den cuenta. Si no sale el libro, sus hijos siguen calladitos viéndolo y ustedes ni idea. ¿Por qué los padres al mismo tiempo que se escandalizan no se toman el trabajo de ver más allá de las groserías, del lenguaje gamín si se quiere, y se preguntan ¿qué es lo que hace exitosos a estos fenómenos de estos nuevos medios que los superaron en cercanía con sus hijos a través de otra forma de diálogo y los cautivaron?
Hace un año, el escándalo fue con El libro del Troll del español Rubén,
El Rubius, un youtuber muy crudo, vulgar,
a quien muchos de los niños siguen sin que sus padres se den cuenta
¿Y cómo comenzaron los youtubers jóvenes, esos ídolos que tienen de narices a los niños y jóvenes? Hablando de su sentir, de sus cosas personales, de lo que los inquieta con su propio estilo: jocoso, atrevido y muy dinámico… ¡Al estilo de los jóvenes! ¿Y qué pasó? Sus espectadores se sintieron identificados de la misma manera que en sus charlas privadas les sucedió a los hoy críticos con el vecino, con el compañero de colegio… Con aquel buen o mal elemento que los papás de otras épocas no vieron y no escucharon, porque no estaban de cuerpo presente; era imposible. Hoy también es imposible tener control permanente. ¿Cuál era y sigue siendo la consigna? Educar en valores, acompañar. ¿Y hoy?, pues lo mismo, solo que el escenario es otro y está a un clic.
Les pregunté a niños y jóvenes si Garmendia, o Rubius, o Fernanfloo, o Bersgamer, o Willyrex eran como sus compañeros de colegio o sus amigos de cuadra, de barrio. ¿Saben qué me contestaron? Que sus amigos físicos eran iguales o peores que los virtuales, porque hasta droga les venden en los colegios, y no importa qué clase de colegio.
Quién de ustedes queridos padres de familia no tuvo un vecino o compañero de clase calavera, o chistoso, o atrevido, o juicioso, o ejemplar. La diferencia es que sus papás, los abuelitos de sus hijos, les prohibían meterse con el Bart Simpson, el Garmendia de la época: ese que tenía fama de enseñar a fumar (lo que fuera), ese que los inducía a las pilatunas (las que fueran), ese que les prestaba la Play Boy o les contaba las experiencias sexuales de sus hermanos mayores. ¿Y recuerda en qué lenguaje hablaba con sus amigos? Porque hoy sus hijos se saludan de hue… y de mar… ¡Cuál es el escándalo! O díganme hoy señores y señoras cómo hablan entre ustedes de mujeres, hombres, sexo… ¡A ver!
Entiendan que estos youtubers hoy tienen managers que identificaron primero que ustedes qué les interesa a sus hijos, qué les pueden vender. Por eso a Garmendia y al que puedan los hacen escribir libros y los promocionan. Piensen que gracias a eso les están evidenciando algo que ustedes no habían visto; les están diciendo que tienen que ser resilientes con su forma de educar y de ver la vida. Que si su primera película porno se la vieron a los quince años, a lo mejor estoy siendo muy conservadora, hoy sus hijos a los ocho ya tienen unas cuantas en su haber.
Que Garmendia no debió estar en la Feria del Libro, dicen muchos. Pues les recuerdo que estaba lanzando un libro. Que esa no es la calidad de literatura para nuestros hijos. Pues es lo que sus hijos están viendo en la redes y ustedes ni se habían dado cuenta ni lo pueden evitar. Los eventos del ramo, así como las librerías, escogen qué venden, qué quieren ver sus clientes y qué les es rentable; ¡No esconden realidades!
¡Hasta el próximo miércoles!
