La política ha perdido su virtud porque a ella han llegado verdaderos payasos. A pesar de dos años complicados y marcados por una crisis política, económica, social y sanitaria, parace ser que pocos entiendieron que este asunto requiere seriedad, gestión y esfuerzo.
Llegarán al Congreso quienes hagan un trabajo responsable, de base, en la calle y quienes no dejen todo en manos de las redes sociales y se dediquen a regalar volantes caros, como árboles.
Al ciudadano se le persuade con acciones, con victorias y con autenticidad. De nada vale ser la sombra de alguien y hacerse la víctima… por eso siguen perdiendo elecciones. El ciudadano no vive de fe, vive de empleo, oportunidades, salud y educación.
Con el cambio en las fuerzas políticas por los votos que deja de recoger el expresidente Álvaro Uribe Vélez, varios grupos políticos se han puesto en la tarea de captarlos, y no solo en el Centro Democrático, sino también en los partidos tradicionales.
A mi manera de ver, Juan Diego Gómez ha hecho un trabajo excelente, tanto así que auguró que Nicolás Albeiro Echeverry será la votación más alta en toda Antioquia para Senado. Carlos Andrés Trujillo repetirá curul por cuenta del trabajo permanente y juicioso en los últimos cuatro años en el Congreso, alejado de peleas y centrado en resultados, él será una victoria más para los conservadores en Antioquia con el segundo lugar en términos de votos. Otro candidato que ha hecho un trabajo ejemplar es el liberal Jhon Jario Roldán, conocedor del manejo político y con una campaña exitosa en toda regla, para él también se asegura una curul.
Y como los buenos son pocos, el último lugar lo dejo para el joven representante a la Cámara por el Centro Democrático, Esteban Quintero, quien me ha sorprendido sobremanera por dos razones: durante su periodo en la Cámara fueron muchas las gestiones tangibles para el Oriente Antioqueño y su campaña ha sido una de las más destacadas en el departamento; el Senado le guardará su curul y los votos que obtenga no serán para nada despreciables, solo por detrás de los conservadores Echeverry y Trujillo y el liberal Roldán.
Para mí, estos cuatro personajes sí representan la esencia de la política: servicio, fortaleza y seriedad. Los demás pueden quedarse bailando en TikTok, regalando árboles y quejándose.