Así digan lo que quieran los César Augustos de poca monta, Win Sports es un fracaso absoluto. Esto sería una nota al margen si no afectara directamente al fútbol colombiano. Es que es cada vez menos la gente que decide pagar más de veinte mil pesos por ver al Tolima contra el Bucaramanga. La oferta no es atractiva y no puede ser que se vea a Millonarios como si fuera el Manchester City porque contrataron a un vejestorio como Freddy Guarín o a un fracasado como Fernando Uribe. El fútbol colombiano se convierte entonces en un cementerio de elefantes.
La situación va a empeorar porque, con la crisis generada por la pandemia, los equipos no pueden ingresar público a los estadios, lo cual hace depender de sus finanzas de los derechos de televisión. Todo eso esta muy bien, pero dentro de poco podría desaparecer el nombre de los patrocinadores en la camiseta. ¿Quién quiere promocionar un equipo que nadie ve, ni en los estadios ni en el televisor?
Esa crisis ya se vio, y con furia en el 2020, cuando ninguno de nuestros equipos pasó de la primera ronda de la Copa Libertadores y cuando solo el Junior llegó a jugar cuartos de final de la Sudamericana y salió eliminado en cuartos de final por el Coquimbo Unido, último de la liga chilena. Qué triste presenciar la muerte de nuestro fútbol.