El 28 de abril del 2014 el entonces presidente Juan Manuel Santos, quien diseñaba su estrategia para ser reelegido, anunciaba un fichaje de lujo para la recta final de su campaña: el asesor venezolano JJ Rendón quien desde ese día fue un personaje recurrente en el cuartel general de la campaña santista en el edificio del Claustro de Enseñanza de Bogotá. En ese momento Santos tenía sólo un 23% de intención de voto en las encuestas. Rendón, acostumbrado a ganar elecciones en todo el continente, tenía la difícil misión de revertir el resultado.
No tuvo mucho tiempo para hacerlo. Justo una semana después de su arribo a Bogotá fue señalado en una columna de Daniel Coronell de haber recibido 12 millones de dólares de los hermanos Comba, el Loco Barrera y Diego Rastrojo, reconocidos narcos y líderes de Bandas Criminales, para que tramitara con el Presidente Santos una estrategia de entrega y desmovilización a cambio de no ser extraditados. El escándalo también vinculaba al exconsejero presidencial, y en ese entonces presidente de la Federación Nacional de Departamentos Germán Chica. En ese momento él y Rendón reconocieron haber sido un puente entre los narcos y Santos pero afirmaron no haber recibido un solo peso a cambio. La presión mediática que generó la columna de Coronell fue lo que obligó a salir del país a Rendón quien en el 2018 estuvo cercano a la campaña que llevó a Iván Duque a la presidencia aunque no ha vuelto a pisar suelo colombiano.
Ahora su nombre reaparece en otro escándalo: su nombre está asociado al del mercenario norteamericano Jordan Goudreau, el exsoldado de las tropas especiales norteamericanas quien comandaba una célula de hombres armados dispuestos a liderar un golpe de estado contra el gobierno de Nicolás Maduro. En declaraciones hechas a CNN Rendón admitió que si tenía un vínculo con la firma Silvercourp a la que pertenecía el mercernario pero que la operación se había frenado a último momento.