El presidente Donald J. Trump, es de lejos el primer mandatario más cuestionado en los últimos tiempos de la todavía primera potencia mundial. Estados Unidos, es la economía más grande en el planeta tierra. Asimismo, quien detente el mayor cargo de esta nación, se convierte inmediatamente en el hombre más poderoso del mundo. Trump es ese hombre y debe seguir siéndolo. Bill Clinton, Barak Obama y Jimmy Carter, no hicieron, lo que Trump ha hecho en tan poco tiempo. Ahora bien, Joe Biden, intenta arrebatar el poder no solo a Trump, sino al partido Republicano y a la industria americana.
Entonces, ¿Por qué Trump debe continuar en su cargo? Porque lo sabe hacer y lo ha hecho bien. No es un político tradicional que acepta sobornos, además no lo necesita. Es un magnate, un verdadero hombre de negocios; y ahora un político que, puede decir lo que piensa, sin miedo a perder aquellos intereses personales, que otros políticos tradicionales -como seguramente Biden- tienen.
Rudolph Giuliani, abogado de Trump, recordado ex alcalde de Nueva York, compartió con las autoridades de Delaware, información sobre Hunter Biden, hijo de Joe. Quien presuntamente, no solo habría recibido sobornos por parte de gobiernos extranjeros, sino que además estaría involucrado en escándalos sexuales con menores de edad. Al igual que Joe, a quien decenas de mujeres le acusan de violación y que la misma Kamala Harris, quien es su fórmula vicepresidencial -por puro oportunismo- dijo: “Yo les creo y las respeto por poder contar sus historias y por tener el coraje de hacerlo”.
Además, dentro de la misma computadora de Hunter Biden, la misma donde están las pruebas de que mantuvo una relación con una menor de edad -14 años-, están las pruebas sobre el recibimiento de 3.5 US millones, por parte de Elena Baturina, viuda del exalcalde de Moscú, Yury Luzhkov.
Cuando Trump dice que él no es parte de ese “Sistema” -Establishment- tiene razón. No ha recibido los sobornos que la familia Biden y seguramente también la familia Clinton, por medio de fundaciones recibió, sin hablar de los Obama. El tráfico de influencias y el cohecho activo han sido rasgos en común de una política corrupta, no solo en América, sino en el resto del mundo. Y, Trump, a pesar de lo que digan sus detractores, ha sido más transparente que quienes lo acusan.
“Los acuerdos de Abraham” son solo una muestra de la buena gestión, en este caso de política exterior de la Casa Blanca. Es digno del Nobel esta gestión, sin embargo, se ve que tan politizado esta aquel premio, pues que Barak Obama sea un Nobel de paz o Juan Manuel Santos de igual forma lo sea, significaría que hasta Hugo Chávez hubiese podido serlo.
La economía con Trump ha estado estable, a pesar de la pandemia y se ha esforzado por mantener relaciones pacificas con las otras naciones, además, lo prometido en campaña lo ha cumplido y promete tener pronto la producción de la nueva vacuna americana para el Covid-19.