¿Por qué tanto miedo tenemos? ¿Acaso de corrupción no conocemos? Niños y familias enteras siempre de hambre mueren. ¿Durante cuánto tiempo así permaneceremos?. Empero, la verdad de esta situación ellos la tienen. Muertes, hambruna, corrupción, falta de solidaridad. Indiferencia, desconcierto y soledad: ¡Que dura verdad! A buscar la esencia del ser, el deber de toda la humanidad.
No sabían cómo controlar la masa, ¿cómo enviarlos a casa? Entonces el virus apareció; la turba pudo ser controlada, y así la manifestación fue aplazada. Luego, el cuarto poder así lo anunció: “Ahora el mundo vive una pandemia”… Y de esta manera, miedo se inculcó... la sociedad de angustia ebria. El virus centro de atención mundial es. Pero, alguien lo documentó: cómo la pandemia al mundo aquella terrible y temible realidad enseñó: seres humanos perversos, faltos de solidaridad e indiferentes… los asesinatos continuaron. Miedo, muertes, impotencia, desilusión, saqueos y corrupción, los mayores males de aquella nación.
La naturaleza, a sus anchas, la tranquilidad disfrutó y de la serenidad generada por la cuarentena gozó. Pero, alguien preguntó: ¿cómo el reencuentro con la naturaleza y las actividades cotidianas de nuevo abordar? Para así la tierra por siempre valorar.
Preocupación por la reactivación económica; entre tanto, los gobernantes corruptos, aliados del banquero inescrupuloso del país, roban las arcas de la nación como nunca nadie imaginó. Y los créditos junto con los intereses el pueblo pagó.
¡Menos robo y corrupción! Más alimentación, salud, trabajo y educación, parte de la solución.