Claro que James Rodríguez es hasta ahora el mejor jugador de la historia del fútbol colombiano. Lo único que ha ganado Colombia en una copa del mundo lo consiguió él como goleador del Mundial de Brasil 2014; además, fue ganador del Premio Puskas al mejor gol en ese año.
Ha sido campeón en cinco países de Europa y Suramérica, en Porto de Portugal, Mónaco de Francia y Bayern Múnich de Alemania, clubes en los que fue titular; así como en su primera época en España con el Real Madrid y en Argentina con Banfield, campeonato con muchos méritos en un club modesto que no cuenta con la estructura de los grandes de allá: River, Boca, Racing, San Lorenzo e Independiente.
Ganó la Liga Europa y la Liga de Campeones. Ya querer desconocer esos logros es como “ajá”, dicen en Barranquilla. Un año malo que ha tenido al no jugar por la decisión del director técnico, que no lo considera por las razones que tenga, no puede opacar el resto de éxitos de 10 años en su carrera en Europa. Por favor, dice Julio César Uribe, ex DT de Junior, James ha jugado más de 300 partidos en esas ligas de Europa, con más de 90 goles anotados. Si hay un jugador colombiano con un mejor palmarés que ese, sáquenlo al ruedo. Falcao es el que más se acerca, pero James tiene el plus de la bota de oro mundialista. Si no quieren reconocer lo ganado por James, entonces ni modo, dejemos así.
En Colombia nos pasábamos lamentando que no ganábamos hasta que llegó Pambelé a darnos victorias y después vinieron los Valdés, Happy Lora, los hermanos Prudencio y Ricardo Cardona. También, Cochise Rodríguez, Lucho Herrera, Fabio Parra, Nairo Quintana, Édgar Rentería, Egan Bernal, Gabriel García Márquez, Shakira, Carlos Vives, Andrés Cepeda y otros músicos y artistas. Además, a los futbolistas como James y Falcao les siguen otros como Juan Guillermo Cuadrado, Lucho Díaz y Mateus Uribe, que ganan ligas de Europa.
Por ahí salen algunos a decir cualquier cosa para demeritar los triunfos. Así son, se quejan, critican cuando se pierde y menosprecian de algún modo cuando se gana, pero lo ganado, ganado está, y queda en los registros de cada evento, no puede ser borrado por la animadversión que tengan los odiadores o haters de todo, como les llaman ahora.
Seguramente vendrán más triunfos de los colombianos en lo sociocultural y deportivo, porque este es un país de personas trabajadoras con talento que cada día se preparan y se esfuerzan para abrirse un camino seguro en el globo terráqueo.