Apoyo el Sí porque la PAZ es la única opción para Colombia y para nuestra gente. A tan solo un mes del plebiscito, no dudo que es la mejor oportunidad histórica que hemos tenido, para decidir, y esta vez el voto no puede tener que ver, ni con Santos ni con Uribe, porque la polarización entre estos, le está haciendo mucho daño al país.
Votar SÍ no significa apoyar al presidente Santos, es apoyar el derecho a la vida, es decir Sí a los Derechos Humanos, es abrir un camino de esperanza para fundar una nueva nación sobre los principios de la PAZ, la libertad, el bienestar, la justicia social y la solidaridad.
Apoyo el SÍ, porque contribuyo a construir la nueva nación que brinde oportunidades de vida y de movilidad social a todos los colombianos, miremos estas pocas cifras:
Mientras el presupuesto nacional aprobado para 2014 era de $199,9 billones, se destinaron a defensa y conflicto armado $27,7 Billones, o sea el 17,9%. Haciendo un poco de “populismo financiero”, digo esto, porque el país no puede suprimir de un tajo el gasto militar, pero si lo podemos igualar con el de Argentina, que tiene una población similar, pero solo invierte el 34,6 % de lo que nosotros en defensa y seguridad, por lo que quedarían $18,1 billones, con los que se podrían entregar 420 mil viviendas gratis cada año. Hasta podría decirse con algo de irresponsabilidad, que en un solo cuatrienio, todos los colombianos más pobres, serían dueños de una vivienda digna (en precios de 2014 de acuerdo con la inflación).
La educación pública de Bogotá es una de las mejores del país; educar a un niño en Bogotá, costaba $1’711.541 en 2007, aplicando la inflación, en 2014, debía costar $2,167.522 niño/año, por lo que, al no tener que asumir los altos costos de la guerra, se podrían educar con buena calidad, a más de ocho millones de niños cada año (la inflación del 2007 al 2014 fue de 26,64 %).
Si a los ciudadanos se les explica en forma simple y escueta, qué se acordó en La Habana, acudirán masivamente a apoyar el Sí, para defender la PAZ, pero el problema es muy distinto.
La gente no está pensando objetivamente en el plebiscito, mientras lo que se va a decidir es tan grande como la construcción de una nueva nación, que sea una casa que nos cobije a todos; mezquinos intereses políticos se interponen para reducir esto a las figuras de Santos y Uribe, que son dos meros accidentes que desvirtúan el momento histórico que vivimos.
Muy triste reconocer que muchos ciudadanos, que se jactan de ilustrados, no opinan sobre lo que dice el acuerdo, no conocen su contenido, y en vez de informarse, muchos de quienes dicen que ya optaron por el No, lo hacen porque adoran a Uribe o detestan a Santos, sugiero analicen este ecuánime e imparcial resumen que ha publicado la Revista Semana Digital.
Así mismo, no pocos de quienes ya optaron por el Sí, lo hacen por apoyar a Santos, o porque quieren a tal o cual presidente para el 2018, o simplemente por oponerse a Uribe; lean para que vean la trascendencia de los acuerdos.
Piensen que en diez años, ni Santos ni Uribe estarán en la escena política, sin embargo todos nosotros, y en especial, nuestros hijos tendrán que lidiar con muchos problemas que serán más fáciles, si se maneja con responsabilidad la histórica coyuntura que vive la nación.
En las tres próximas semanas explicaré cada uno de los puntos del acuerdo, con la mayor objetividad posible.