Aunque en recientes semanas los medios de comunicación han mediatizado la movilización de las universidades públicas del país, solo han mostrado una cara de las marchas y consignas del estudiantado sobre la actual problemática que golpea a las instituciones de educación superior pública-IES. De esta manera, el ciudadano de a pie no ha podido entender la virtud de las luchas estudiantiles en defensa de las universidades de carácter estatal. Hoy, la asfixia presupuestal de las IES han llevado a una movilización masiva por parte de las comunidades educativas para exigir presupuesto para la educación y rechazando el recorte drástico presupuestal a ciencia y tecnología.
Para muchos estudiantes de la Universidad Pedagógica Nacional es claro que la institución es fiel reflejo de la crisis que lleva a agonizar en infraestructura, cobertura y calidad la educación superior. Los costos crecientes en la matrícula, los servicios académicos como el restaurante y certificados son un ejemplo de la necesidad imperante del autofinanciamiento de las IES ante el abandono estatal financiero al que son sometidas. Eso, sin mencionar las reformas internas a las que se ven obligadas para recibir las migas presupuestales del estado.
Las peticiones de la comunidad universitaria ante la crisis van encaminadas en el corto plazo a que el gobierno deje de desviar recursos públicos a la educación privada por medio de programas como Ser Pilo Paga (SPP) y los créditos educativos ofrecidos por el ICETEX. Programas que terminan por endeudar a las familias humildes de la sociedad colombiana vendiéndoles la idea de un crédito-beca cuando las principales dificultades de la educación en Colombia son lograr ingresar al sistema educativo y más importante aún, lograr culminar los procesos formativos. Es decir, sean estudiantes de universidad privada o pública, los jóvenes de las esferas sociales bajas no tienen garantías para terminar la universidad. Ahí, SPP cumple a cabalidad su objetivo, hacer lucro con las ilusiones de los jóvenes colombianos. En esta primera petición, los estudiantes exigen que los 900 mil millones que serán inyectados al ICETEX para el próximo año vayan a la IES públicas para reducir la deuda histórica del estado con la educación.
En segundo lugar, que los recursos a la educación superior concedidos por la ley 1819 de 2016 (última reforma tributaria) en los artículos 102, 142 y 186 a través del medio punto del IVA social, recursos provenientes del Impuesto sobre la Renta y Complementarios antes CREE (0,6 puntos de 9) y el Tributo de Renta de las Cooperativas vayan directamente a las IES y no a SPP ni al ICETEX, puesto que la ley contempla inyección presupuestal para seguir subsidiando la demanda educativa y precarizar así las condiciones de la universidad pública hasta llevarla a la privatización.
En tercer lugar, rechazar contundentemente la iniciativa del estado para convertir Ser Pilo Paga como política de estado puesto que al largo plazo seguirá fortaleciendo el crecimiento de las universidades privadas y enriqueciendo a los dueños de las mismas con dinero de todos los colombianos. La política de estado debe ir encaminada hacia el saneamiento de la universidad pública y financiarla totalmente ya que con lo que estudian casi cuarenta mil estudiantes en universidades privadas, las públicas educaría a quinientos mil jóvenes.
La cuarta petición tiene que ver con exigirle al gobierno nacional que para 2018 se asigne mayor inversión a ciencia y tecnología, educación, cultura y deporte oponiéndose al recorte presupuestal al sector de ciencia y tecnología. Un recorte de 158 mil millones para el próximo año. Esto condena al país a seguir en el subdesarrollo social, tecnológico y nos condena a ser una sociedad que aplica conocimientos desactualizados y descontextualizados de nuestra realidad.
Finalmente, decirle al gobierno que tiene la responsabilidad de sostener totalmente la universidad pública en el largo plazo y que es necesario que inyecte presupuesto a la IES públicas para la formalización laboral de docentes y trabajadores, para la ampliación del cuerpo docente de planta en aras de acabar con la tercerización laboral en las universidades y darle garantías a los maestros. También, para realizar mejoras en la infraestructura con la reparación y construcción de mejores edificios y campus, la actualización de los recursos bibliográficos, laboratorios y aulas especializadas, para financiar la investigación científica, el arte y ampliar la cobertura educativa.
De tal manera, es necesario convencer a los padres de familia, trabajadores, estudiantes y maestros que la defensa de la educación pública es una responsabilidad de los colombianos y que la movilización masiva es el camino hacia la reivindicación de las luchas sociales para la construcción de un país al alcance de nuestros sueños, donde los jóvenes tengan la posibilidad de acceder a la educación, donde haya acceso al trabajo bien remunerado y sobre todo, donde haya ciudades y municipios fortalecidos y desarrollados. La educación es el eje fundamental del desarrollo humano, la defensa de la misma nos convoca a soñar.
¡Movilicémonos por defender lo nuestro!