Aunque la negativa de Mauricio Álvarez, gerente de OPAIN, empresa que opera El Dorado, a responder las preguntas del periodista Juan Lozano por los protocolos de seguridad en el terminal aéreo fue el punto que llevó a Álvarez a renunciar a su cargo, lo cierto es que la Contraloría advirtió sobre los procedimientos y fallas en El Dorado para contener el coronavirus, que en su mayoría ha entrado por ese lugar al país.
La Contraloría calificó en una escala de 1 a 10 la calidad de la operación frente al virus en 3. Hay deficiencias en las herramientas de información, no hay protocolos para evitar el contacto personal y no existe una verdadera prevención. Además, solo 6 personas de la Secretaría de Salud del Distrito están actuando para implementar los controles. González renunció, y con su salida comenzaron los cambios en El Dorado: hoy se registró antibacterial y más lavamanos, un mayor número de personas de la secretaría de Salud adelantando la pedagogía necesaria.