No existe un modelo de “proceso de paz” que se pueda aplicar como un “manual” determinado, sólo tenemos la posibilidad de recurrir a ejemplos locales o internacionales para realizar un diagnóstico. El único camino, teniendo en cuenta la historia reciente, es tratar de evitar los errores del pasado.
Lo que más cuesta asimilar, en el arduo camino hacia la paz, es la opción tomada por el gobierno del presidente Santos –válida o no, el tiempo lo dirá- de negociar en medio del conflicto ¿Cómo es posible comprender que en la Habana se hable de víctimas y en departamentos como Putumayo se produzcan más víctimas? No hay explicaciones.
Sin duda alguna la paz se construye sobre el perdón, la justicia y la reconciliación, por eso es tan complicado alcanzarla, estoy totalmente seguro que la gran mayoría de los colombianos estamos dispuestos, con mucho dolor y perseverancia, a recorrer el camino hacia la terminación del conflicto.
Pero hay situaciones en las que nos llenamos de preguntas y, para colmo de males, ni el gobierno, ni el equipo negociador, ni nadie, hace lo suficiente para mitigar la inmensa sombra de duda. Por ejemplo, se ha recalcado una y otra vez que “una cosa es lo que suceda en la mesa de negociación, otra lo que acontece en el país”, entonces ¿Cómo interpretar que el jefe máximo de las FARC, alías Timochencko, diga que la guerrilla no se arrepiente de sus actos? No se supone que es el momento de las víctimas y el homenaje más grande que se les puede hacer el reconocer el daño…
La arrogancia de los miembros de la guerrilla deja mucho que pensar, eso no nos extraña, mientras que la falta de comunicación del gobierno y la “tolerancia” que ha permeado el camino hacia la paz es absolutamente inaceptable. Buena parte de la responsabilidad de que no entendamos cómo se construye el cambio es culpa del hermetismo que ha rodeado el proceso. Y que quede claro, entendemos que es necesario que los diálogos no deben ser “manoseados” porque a pesar de todo sigue habiendo muchos enemigos de la paz. También es claro que la ausencia de pedagogía de la finalización de la guerra y el camino al postconflicto ha sido infortunado.
Si la paz no se labra sobre las bases propuestas y más bien se edifica sobre la conveniencia política, será mucho peor de lo que padecemos hoy día. Antes de pensar en refrendar un acuerdo, se debe trabajar en lo esencial, comenzar de nuevo.
@zamivar