¿Por qué no votaré por Iván Duque?

¿Por qué no votaré por Iván Duque?

De acuerdo con el autor, sus relaciones políticas, su inexperiencia como administrador y las falencias de su propuesta económica son algunas de las razones

Por: Daniel Fernando Cantor Báez
mayo 17, 2018
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¿Por qué no votaré por Iván Duque?
Foto: Archivo El Espectador

En las últimas semanas se han visto en los diferentes medios, redes sociales y demás fuentes informativas muchísimas opiniones y puntos de vista. Algunas se ubican a favor de la derecha, otras de la izquierda y otras del centro. Sin embargo, se considera que hay una responsabilidad civil en analizar no solo las propuestas, sino también el contexto político de cada uno de los candidatos, para que así se pueda tomar una decisión informada y consciente al momento de votar. En esta ocasión, se hará un análisis de por qué no se debería votar por el candidato del uribismo, que, aunque tiene propuestas válidas y rescatables, contempla otras aristas que pesan más dentro de su esquema de gobierno formulado, que realmente tienen muchos puntos en contra. Desde esta perspectiva, se considera que no se debería votar por Iván Duque porque es un candidato inexperto desde el ámbito administrativo, tiene relaciones políticas poco sanas, baja independencia política y propuestas que llevarían a la “venezolanización” del país de la que su partido tanto advierte.

Para los propósitos de este texto, se considera que es importante hacer algunas aclaraciones. Primero, es fundamental para la democracia que se contemplen cada uno de los aspectos que quiere defender un candidato para poder tomar una decisión acorde. Adicionalmente, se deben buscar fuentes de información fiables y no dejarse llevar por mentiras dichas a través de redes sociales o por los mismos voceros de los partidos políticos en sus campañas. Por otro lado, es sumamente relevante entender que el propósito de este texto no es el de promover ninguna campaña política, sino de informar de manera argumentada al votante de por qué no debería votar por el candidato que va liderando las encuestas, ganador de la consulta conservadora el 11 de marzo de 2018. También es óptimo afirmar que la crítica realizada en este texto estará enfocada a cuatro ámbitos fundamentales: las relaciones políticas de Iván Duque, su inexperiencia como administrador gubernamental, las falencias de su propuesta económica y las complicaciones de generar una reforma política como él la propone.

En primer lugar, Iván Duque es un candidato que no posee experiencia a nivel ejecutivo ni en el sector privado, ni en el sector público. Esto significa que, aunque en teoría tiene la capacidad para poder dirigir y organizar un plan de gobierno, Duque no tiene la pericia derivada de la praxis para poder hacer cumplir sus propuestas dentro de los 4 años que dura un periodo presidencial.  Como afirmó Juan Carlos Pinzón en una entrevista realizada por RCN Radio el 27 de marzo de 2018, no se pretende ofender a Iván Duque, sino que, en verdad, son hechos reales que es bueno analizar en esta fase de la campaña electoral. Lo anterior, es fácilmente verificable en su hoja de vida: fue asesor del BID, del CAF, consultor frente a la ONU, y finalmente, senador de la República (en resumen). Sin embargo, no se aprecia ningún cargo en la rama ejecutiva, lo que da cuenta de la falta de experiencia de este candidato desde la gestión de cargos en los que se requiera la pericia en la ejecución de proyectos, por ejemplo. La experiencia es fundamental para poder entender el funcionamiento real de cualquier sistema. Por lo general, la teoría dicta la parte fundamental en la que se basan muchas organizaciones y su articulación. Sin embargo, las redes personales, económicas, sociales, e incluso investigativas, difieren en múltiples aspectos con los listados durante la cátedra de la ciencia. Por ende, la praxis termina siendo ese instrumento que el individuo utiliza para poder comprobar que lo dicho en el aula efectivamente es real, o por el otro lado, poder aportar a su conocimiento (o al de otros) en el entendimiento pragmático de las organizaciones, sistemas, o fenómenos en general. Iván Duque Márquez es un candidato que no tiene experiencia práctica en el ejercicio ejecutivo, por lo tanto, no posee la pericia requerida para poder realizar a cabalidad un proyecto de nación como el que propone desde la Presidencia de la República, aunque tenga una amplia trayectoria académica.

En segundo lugar, el partido de Iván Duque, el Centro Democrático, ha estado salpicado por múltiples escándalos políticos, no sólo relacionados a la corrupción, sino también por temas relacionados al abandono de funciones legislativas (como el sufragio durante las sesiones del Congreso de la República), violación a derechos de libertad de expresión de periodistas como Daniel Coronell y Daniel Samper Ospina, por ejemplo, y el asunto de Odebrecht (que fue relacionado con el financiamiento de la campaña de Oscar Iván Zuluaga, candidato del Centro Democrático en las elecciones del año 2014). (Contagio Radio, 2017). Por otro lado, Duque se posiciona como el candidato “que dice Uribe”. Álvaro Uribe Vélez fue presidente en dos ocasiones, en la plenitud del conflicto armado. Adicionalmente, fue gobernador de Antioquia y alcalde de Medellín. Actualmente funge como Senador del Centro Democrático y líder del partido. Sobre Álvaro Uribe reposan más de 276 investigaciones (Vanguardia.com, 2013). Por un lado, muchos de los allegados a Uribe Vélez durante su presidencia están en procesos judiciales o presos. Por otro lado, se le relaciona con el paramilitarismo, no sólo porque en su gobierno la estructura política de los paras se hizo sumamente relevante, sino que también se han condenado (hasta 2016) 61 funcionarios públicos relacionados al uribismo por parapolítica (Ávila Martínez, 2016). Iván Duque Márquez no ha estado involucrado en escándalos políticos (excepto el caso en el que se le relaciona con Odebrecht, que se descarta, por el momento, debido a que se encuentra en investigación). Sin embargo, el candidato del Centro Democrático está rodeado por un círculo político salpicado por múltiples escándalos, y cuyo líder está lleno de investigaciones en su contra.

En tercer lugar, Duque propone unificar las altas cortes y tener un único tribunal, similar a los sistemas judiciales de países como EE.UU., por ejemplo. Los argumentos que se plantean a favor de esta iniciativa pretenden taclear el llamado “choque de trenes” entre altas cortes. Según Rodrigo Uprimny (2018), el “choque de trenes” se solucionaría delimitando de forma clara las funciones de cada corte, y clarificando por tutela los casos que presenten conflicto jurisprudencial, desde la Corte Constitucional. Uprimny también afirma que las múltiples cortes gozan de beneficios como una mayor eficiencia, mejoría en la calidad de la jurisprudencia (debido a la revisión entre los tribunales) y menor riesgo de congestión jurídica. Por otro lado, se cree que cambiar el esquema judicial realmente no aporta mucho a solucionar el tema de la justicia, pero en cambio, representa demasiados riesgos. Finalmente, desde la perspectiva de Rodrigo Uprimny, se cree que cambiar a una supercorte presupone la revocatoria de las cortes actuales, lo que deriva en la inestabilidad del sistema judicial, y, por lo tanto, la pérdida de independencia jurídica de las cortes (algo similar a lo sucedido en Venezuela). La reforma al sistema judicial que propone Iván Duque es sumamente riesgosa, y en cambio, no aporta mucho. Adicionalmente, muchos de los efectos que se podrían derivar de estas modificaciones en la estructura jurídica de la Nación, representan pasos hacia la “venezolanización” del país, fenómeno que la coalición uribista desea prevenir.

Finalmente, se proponen y se pregonan alternativas como la reducción de impuestos a empresas, semanas sin IVA para incentivar el consumo, entre otros. Es importante tener en cuenta por qué se aplicó la Reforma Tributaria en el año 2017. Existía un hueco fiscal sumamente grave, que amenazaba con hacer que Colombia descendiera de su calificación financiera de BBB. Ahora, derogar las modificaciones realizados al sistema de impuestos, representaría una menor inversión pública, lo que generaría que Duque realmente no tuviera posibilidades de ejecutar a cabalidad su plan de gobierno, además de demostrar poco asesoramiento financiero en la campaña. Se sigue proponiendo una economía basada en el desarrollo extractivista de la minería y del petróleo. Primero, es una iniciativa poco responsable ambientalmente, pues cada vez la minería es más destructiva e invasiva. Segundo, Colombia tiene un potencial agrícola enorme que está siendo desaprovechado de tal forma que hay que importar el 87% de los alimentos que se consumen (Álvarez Castro, 2018). Esto, a su vez, demuestra que la política económica de Duque no trata de diversificar la economía. La política económica de Iván Duque es poco favorable pues, en primer lugar, a través de la reducción de impuestos, genera huecos fiscales grandes en las arcas de la Nación (ampliados por la corrupción). En segundo lugar, demuestra poca diversificación económica y un desaprovechamiento altísimo del agro, lo que, en combinación con temas con el TLC con EE.UU., genera un descenso en la rentabilidad del potencial rural del país. Tarde o temprano, una economía altamente dependiente del petróleo (como la venezolana), tendrá complicaciones, ya sea por escasez en las reservas, o por el descenso en el precio del barril (aportando así a la “venezolanización” del país, que el Centro Democrático tanto busca prevenir).

En conclusión, se puede afirmar que Duque es un candidato, que, aunque es atractivo para muchas personas, especialmente por tratarse del candidato elegido por Álvaro Uribe Vélez, es el menos apto para gobernar. Esto se debe, primero, a la coyuntura del país, segundo, a la falta de experiencia administrativa del candidato, tercero, a las falencias en varios puntos de sus propuestas, especialmente desde la perspectiva económica y jurídica, y finalmente, a la baja reputación política que tiene el círculo del candidato, dada por los escándalos del Centro Democrático y las investigaciones abiertas en contra del líder de tal partido. Se cree sumamente importante realizarle esta pregunta a usted, el lector: ¿Su voto está argumentado y seleccionado desde una investigación adecuada, o desde el precepto de hacerle contraposición a algún candidato? Si la respuesta corresponde a la primera, se le invita a revisar los recursos dispuestos de manera digital en La Silla Vacía, o en las entrevistas de los periódicos y análisis hechos en medios como Semana, El Espectador o El Tiempo, por ejemplo. Es importante que el sufragio sea algo hecho a conciencia y bajo argumentos informados, que, si desea, puede compartirlos con otros, obviamente bajo la ética del respeto y la sana convivencia en democracia.

Referencias Bibliográficas

Álvarez Castro, J. (2018). Las razones por las que Iván Duque nos "convertirá en Venezuela". Voces.

Ávila Martínez, A. (2018). Lo que rodea a Álvaro Uribe. Las2Orillas.

Contagio Radio. (2018). Los escándalos de corrupción que salpican al Centro Democrático.

Pinzón, J. (2018). Entrevista a Juan Carlos Pinzón.

Uprimny, R. (2018). ¿Una sola corte?. Elespectador.com.

Vanguardia.com. (2018). 276 investigaciones reposan contra Álvaro Uribe.

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