Era la mujer más hermosa en Colombia en 1988. Dulce, talentosa pero a la vez fuerte y con un sentido del humor tan potente como sus interpretaciones, Silvia de Dios era un sueño hecho mujer. En esa época, cuanto tenía 22 años protagonizó, junto a esa leyenda llamada Carlos Muñoz, una telenovela que era vista por millones de colombianos: Caballo Viejo. Era un reto no sólo por su juventud sino porque tenía que caer sobre sus delgados hombros la responsabilidad de robarle las escenas a Muñoz. La novela fue dirigida por David Stivel. Antes de Caballo Viejo la única actuación que había hecho era interpretar en el colegio al Qujote. En esa época se preparaba para estudiar en la universidad Administración de Empresas pero salió en un comercial y Stivel dijo que ella era la persona ideal para interpretar ese papel.
La pusieron a leer un libro y la dirigía Kepa Amuchastegui y le pareció que tenía talento así que, con la rabia de su papá que no quería verla de actriz, se sumergió en una carrera que hoy la ha convertido en una de las mujeres más recordadas de la televisión colombiana. Caballo viejo marcó una época y lanzó al estrellato a uno de los rostros más hermosos que hemos visto. Era un reto también porque tenía que hacer escenas de amor con un hombre 30 años mayor que ella.
Silvia de Dios nunca fue consciente de lo buena que era, para ella actuar era jugar, era como estar en un Halloween constante. La Administración de Empresas la vino a ejercer ahora, a los 55 años. Ella cree en los cambios generacionales y por eso decidió no volver a actuar a pesar de lo mucho que la extrañamos.
Es una mujer culta, interesantísima, que piensa que la televisión nacional no ha evolucionado a las grandes series de la televisión nacional. Porque es fanática de Grays Anatomy, Breaking bad o Mad men. Lamenta profundamente el infantilismo argumental, el machismo que sigue caracterizando las producciones nacionales, donde todo termina en un altar, como si no hubiéramos evolucionado un solo día. Para ella una de las mejores producciones colombianas de todos los tiempos fue Café. Colombia no tiene espacio para los mayores de cuarenta años.
La última vez que vimos a Silvia de Dios fue gracias a Sergio Cabrera, quien confía en este tipo de actrices con veteranía, experiencia y, por qué no, sabiduría. Aunque está dedicada a tiempo completo a los negocios le encantaría regresar a la actuación pero, lamentablemente, nadie la llama. Silvia se dedica a la importación de productos orgánicos después de tener un restaurante, un negocio de golf y vivir en Australia. Ha hecho de todo y Silvia está lista, a los 55 años, a regresar a la pantalla chica.