A raíz del paro cívico en la región del Urabá antioqueño por la imposición tributaria de tres peajes y las declaraciones peyorativas del gobernador de Antioquia al decir que “los peajes no afectan a Urabá, porque la mayoría no tiene vehículos”, las cuales enardecieron a los urabaenses, se puso sobre el tapete el viejo anhelo de convertirse en departamento para sacudirse del abandono del centralismo paisa.
Sin embargo, no se debe pensar en el departamento del Urabá, sino en la unificación del territorio del Darién colombiano con la creación del departamento del Darién, con el cual se le pondría fin a las disputas de límites entre antioqueños y chocoanos en la región. Un nuevo departamento, con capital Apartadó, integrado por los municipios chocoanos Carmen del Darién, Riosucio, Belén de Bajirá, Acandi y Unguia y los municipios antioqueños de Murindó, Vigía del Fuerte, Turbo, Carepa, Apartadó, Dabeiba, Mutatá, Arboletes, Chigorodó, San Pedro y San Juan de Urabá. Todos ellos cuentan con los más altos índices de pobreza y marginalidad en ambos departamentos, y son municipios históricamente relegados por el centralismo paisa y chocoano.
El Darién colombiano es una región con unas características geográficas, políticas, culturales y sociales únicas en el país. También, posee un pasado histórico común y una identidad cultural que nada tiene ver con la cultura paisa y la del centro del Chocó. Ahora bien, la región del Darién fue fragmentada en 1903 con la separación de Panamá. Dicha fragmentación significó para Colombia la pérdida de parte del Gran Darién, pero a pesar de la separación y los constantes reacomodos de los diferentes grupos sociales que se han asentado desde el siglo XVI, el Darién continúa siendo un escenario geopolítico de trascendencia mundial y de un valor estratégico desde todo punto de vista para Colombia y Panamá.
Por ejemplo, en Colombia, a partir de 1905, sufrió una segunda fragmentación que desdibujó su unidad política dentro del país. Todo como consecuencia de los intereses geopolíticos y económicos de la clase dirigente antioqueña que separo del Chocó parte de su territorio y lo anexó a Antioquia. Por la política expansionista que desplegaron los paisas desapareció el concepto de región del Darién, centro de acontecimientos internacionales desde la dominación española. En su lugar, posicionaron el concepto de Urabá como referente de su política expansionista con la creación de la provincia de mismo nombre en 1911. Un referente geográfico, ligado a los intereses estratégicos antioqueños y que sirvió como elemento político para estructurar el expansionismo de la colonización paisa sobre la región.
Detrás de ese concepto surgieron las nuevas denominaciones de Urabá antioqueño y chocoano. Nuevos conceptos geográficos y políticos que han estado estrechamente ligados a la política colonizadora antioqueña de extensión de la frontera agrícola, impulso de los macroproyectos de desarrollo agroindustriales y ganaderos, acaparamiento de tierras, dominio en las explotaciones de los recursos naturales y control del comercio las rutas comerciales. Una política que también generó el surgimiento de escuadrones de criminales y con ellos, danzas de asesinos, despojadores de tierras y generadores de desplazamientos.
El Darién por ser una de las regiones más ricas y estratégicas del país ha sido un santuario para guerrilleros, paramilitares, piratas y contrabandistas. Además, una zona estratégica para el trasiego de toda clase de negocios ilícitos, indocumentados, armas, drogas. Lo anterior debido a que sus corredores facilitan el acceso a los dos océanos, Centroamérica y otras regiones del país. En los últimos años con los procesos de sometimiento de los paramilitares y de paz con grupos guerrilleros como el EPL y las Farc, se han disminuido los índices de violencia y con ellos han llegado cambios sustanciales en la convivencia ciudadana en toda la región.
De otro lado, aunque su división no ha significado una pérdida de preponderancia internacional, sigue siendo una región supremamente estratégica en el continente. De hecho, la construcción de la carretera Panamericana desde Alaska hasta la Patagonia hizo que surgiera el famoso mito del Tapón del Darién, una falsa leyenda sobre la selva virgen impenetrable que ha servido de excusa política para impedir la integración vial del norte y el centro con el sur del continente. Cabe decir que este es un sistema vial que lleva 138 años en construcción y que solo faltan construir 100 kilómetros en la frontera colombo-panameña para unir a todo el sistema de carreteras del continente.
En conclusión: con el desarrollo de una política fronteriza de integración y el desarrollo de un eje ecoturístico binacional entre los Parques Naturales del Darién y de los Katios, el Gran Darién se puede convertir en un verdadero polo de desarrollo económico y ambiental para los dos países.