Esta mañana, en Noticias Caracol, se presentó Monseñor Héctor Fabio Henao, declarando que era necesario un gran pacto nacional, de acuerdo a lo que dijo Francisco en una de sus emisiones desde el Vaticano. No nos sorprende que la Iglesia católica sea gobiernista, pues a lo largo de su historia siempre ha estado ligada al Estado y a los dirigentes. Los integrantes de las iglesias siempre han tenido esa ancla, pues no pueden estar con el pueblo, sino con los gobernantes, sea cual sea su condición.
Las iglesias, sea cual sea su denominación, prefieren estar al lado del Estado. Lo hacen de manera benevolente, con la intención de que aceptemos la famosa y denigrante reforma tributaria en favor de los más necesitados, cuando hay 21 millones de personas en pobreza absoluta, según informe del Dane. No se entiende por qué los jerarcas de las iglesias pretenden que formemos, humillados y sin valor ante lo que proponen Duque y Carrasquilla, además de Uribe.
El pueblo tiene dignidad, lucha por sobrevivir. Además de que esos billones son para las entidades financieras, en algún momento. Las iglesias tienen millones en riqueza y se pueden dar los lujos que les provoquen; pero el pueblo está aguantando hambre y no tiene recursos para los gastos que demanda esta sociedad corrupta y que impone una reforma tributaria sin límites.
¿Cuánto va a dar la Iglesia católica para mejorar la crisis de este país? No creo que sea mucho, simplemente quiere que nos quedemos sin dinero y que solamente haya pobres, más pobres, y ricos más ricos. ¡Se ha equivocado al presentarse con consejos, monseñor!