Ser el actual subcampeón del Tour de Francia no le garantiza a Nairo Quintana el triunfo en la Vuelta a España, al contrario, los 8.614 que lleva acumulados en los 57 días de competencia que ha tenido este año, son un lastre que arrastrará el ciclista boyacense en la última gran carrera del 2015.
En el ciclismo Juventud no es sinónimo de potencia, resistencia y recuperación. Los grandes rivales de Nairo en la vuelta sobrepasan la treintena y ya han vivido la experiencia de soportar dos competiciones de tres semanas en una misma temporada. Quintana en cambio desconoce de qué manera se comportará su cuerpo. Es por eso que sorprendió el anuncio de que quería correr la ronda ibérica, contradiciendo el calendario que estaba estipulado para él al principio del año en donde, después del Tour, participaría en la Vuelta a Burgos. La decisión del Movistar parece motivada por compromisos comerciales: para los organizadores de la Vuelta tener a Froome, Nairo y Nibali representa un golpe de opinión.
A diferencia del año pasado, en donde había tenido dos meses para preparar la Vuelta después de haber ganado el Giro, el trazado no le conviene. La tercera semana presenta una crono individual de 35 kilómetros parcialmente plana en donde, si nada extraordinario sucede, perdería cerca de dos minutos con Froome. Si bien este año aparecen nueve llegadas en alto, ninguno de esos puertos presenta la dureza y la longitud que necesita Nairo para destrozar el lote.
A estos inconvenientes se suma la decisión de Eugenio Unzúe de darle la capitanía del equipo a Alejandro Valverde. El murciano, número uno de la clasificación ciclista internacional, contrajo un virus el último día del Tour. Cuentan que para subirse a la última casilla de pódium en París tuvo que ser ayudado por dos de sus compañeros porque la fiebre y el dolor de huesos le impedían mantenerse en pie. La inoportuna enfermedad le ha llevado a cambiar su plan de trabajo y temen dentro de Movistar que los antibióticos que tomó en estos 25 días de descanso puedan mermar su estado físico. El hecho que Valverde lleve el dorsal 121 y Nairo el 126 no quiere decir necesariamente que el campeón del Giro 2014 vaya a cumplir funciones de gregario. La carretera pondrá a cada uno en su sitio y el desempeño de cada ciclista determinará quién será el capo de la escuadra.
Dudo que Nibali, Froome, Nairo y Valverde tengan opción de ganar la Vuelta. Fabio Aru, Mikel Landa o Purito Rodriguez, quien ayudó a diseñar el trazado y se tomó el Tour a la ligera, vienen descansados y tienen todas las opciones para ocupar los cajones del pódium.
Sin embargo Nairo es un fuera de serie y no hay que descartar que pueda estar entre los tres primeros. Si algo ha demostrado en sus seis años como profesional es su honestidad y sobre todo su ambición cuando se sube a una bicicleta. Si él no tuviera buenas sensaciones no correría La Vuelta. Los últimos diez días se concentró en Andorra para prepararse a conciencia. En esa localidad y en Ermita del Alba se disputarán las dos etapas que decidirán al campeón.
Nairo está acostumbrado a lo imposible y es por eso que no hay que descartar que acabe entre los cinco primeros de la Vuelta a España, una hazaña que no ha logrado ningún colombiano desde que Oliverio Rincón lo hiciera en 1994.