“Nos abrazamos, y nos despedimos llorando porque él me dijo que presentía que algo malo le iba a pasar. ‘Si me llega a pasar algo antes de llegar a Florencia, mamá, no se quede callada’ esas fueron sus últimas palabras antes de irse”. Esta declaración de Flor Alba Montero, la madre del capitán Palacios, horas después de que se conoció su desaparición en la vía de Cúcuta-Pamplona está siendo analizada con lupa por investigadores del Gaula. A los agentes les inquieta la precisión de la corazonada.
Como se sabe, Palacios apareció ayer, tras 28 horas de secuestro, en una casa campesina de la vereda Caliches, municipio de Ragonvalia, a dos horas de Cúcuta, de donde había salido en su automóvil particular, acompañado de su padrastro. Según el relato de este cuando habían avanzado 85 kilómetros cuatro hombres armados, en dos motocicletas, los cerraron y se llevaron al Capitán diciendo que en una hora lo regresarían. Al cabo de ese tiempo el señor Arcilo Ortíz Valero decidió buscar ayuda y denunciar lo ocurrido.
Fue así que se generó la alarma por la desaparición de Palacios quien en distintas entrevistas había dicho que estaba amenazado y que le estaban siguiendo en retaliación por haber destapado el escándalo de la Comunidad del Anillo. ¿Qué tan procedente es que cuatro hombres armados, en dos motos, secuestren a un capitán de la Policía? El Gaula está recopilando los registros de las cámaras de seguridad que pueden haber en la vía para dar con la imagen de cinco hombres huyendo en dos motos. Por ahora se tiene registro que Palacios efectivamente pasó en su carro por el peaje de Los Acacios, a las afueras de Cúcuta. “Estamos buscando cámaras desde su casa hasta el sitio donde dijo que lo secuestraron” aseguró el general Fabio Hernán López, jefe del Gaula.
Sobre cómo fue que Palacios recuperó la libertad tras escaparse de sus captores no hay aún mayores detalles. Se sabe que llegó a píe a la casa campesina, mojado y muy cansado, y que le pidió a los habitantes que dieran aviso a su familia. Esta, a su vez, dio aviso al Gaula que de inmediato se desplazó hasta la vivienda adonde encontraron a Palacios profundamente dormido, tanto que los agentes alcanzaron a hacerle varias fotos dormido en la cama. “Cuando lo recogimos estaba quieto y sin habla. Entonces, lo alzamos y montamos a un carro y por el camino iba como convulsionando. Por eso, íbamos a entrar a la unidad médica de Chinácota, pero se repuso un poco y alcanzamos a traerlo a la Dirección de Sanidad en Cúcuta”, explicó el director del Gaula desde la misma ciudad.
En el centro médico revisaron su estado de salud y le practicaron varios exámenes que serán clave para establecer si, producto de la situación tuvo un shock nervioso o ello fue un show. También será clave una detallada entrevista a él y a sus familiares para esclarecer, por ejemplo, por qué apareció en una zona opuesta a la que tomaron los secuestrados al llevárselo, cómo fue que se dio este secuestro en una zona donde no hay registro de delincuentes de ese calado, y por qué siendo un oficial de la Policía, con graves amenazas, decidió atravesar por tierra el país, desde Cúcuta a Florencia, donde debía presentarse el lunes para retomar su cargo de comandante allí.
