¿Por qué nadie cierra Hidroituango, a pesar de tener 143 contagiados?

¿Por qué nadie cierra Hidroituango, a pesar de tener 143 contagiados?

Fredy Chaverra conversó con Isabel Zuleta, vocera de Ríos Vivos, a propósito del silencio de Quintero sobre el personal infectado con COVID-19 y algunas de sus posiciones

Por: Fredy Alexánder Chaverra Colorado
mayo 26, 2020
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¿Por qué nadie cierra Hidroituango, a pesar de tener 143 contagiados?
Foto: EPM

En Daniel Quintero hay dos perfiles, el activista y el político. El primero se posicionó ante la opinión con un activismo crítico sobre Hidroituango. ¿Qué relación tuvo con él en esa faceta?

Yo lo conocí en un debate, en Bogotá, para hablar del tema de Hidroituango. Empiezo a ver cómo se posiciona, incluso con algunos de los planteamientos que nosotros hemos venido liderando. Lo primero que considero es que no se debe hacer campaña con el dolor de la gente. Él empezó a hacer campaña y lo conozco en ese debate, pero no habla de la gente. Empezó a relegar un poco el tema de la gente porque no conoce el territorio, no conoce el cañón del río cauca, al cual lo invité. Me dijo personalmente que le daba miedo, que era un territorio muy peligroso, a lo que yo le contesté que ahí era donde nos había tocado vivir y existir.

Entonces, ¿en qué se enfocó Quintero en sus cuestionamientos a Hidroituango?

No hablaba en materia de seguridad, de actores armados, no conocía los temas de conflicto armado y tampoco le interesaban, su único enfoque con Hidroituango era uno: el tema de la infraestructura, de todos los riesgos de la infraestructura. Yo le decía que la infraestructura pone en riesgo es a la gente, no es la infraestructura por la infraestructura misma, sino que hay gente, hay animales, hay biodiversidad, está sobre una montaña, está sobre una cuenca hídrica y esa cuenca es la segunda en importancia del país, implica todo un ecosistema. Pero tampoco sabe de materia ambiental, hay unos temas que él excluyó siempre y se concentró en los aspectos que consideraba técnicos y en los relacionados con la corrupción.

A propósito del Quintero político, en sus días de campaña, ¿solicitó o pidió su asesoría o la del Movimiento Ríos Vivos?

Personalmente no participó de campañas políticas, nunca he participado en mi vida y el movimiento no hace parte de ningún proceso electoral. Hacemos política de oposición a la destrucción de los ríos, a la política minero-energética y de control a los abusos de poder en materia ambiental, social y de los derechos de las comunidades, pero no participamos en política electoral.

¿Tras ganar las elecciones se dio algún tipo de acercamiento con el alcalde electo?

Cuando ganó, yo le escribí que el movimiento quería reunirse con él, que los lideres querían reunirse con él para plantearle los problemas en su nuevo rol como presidente de la Junta Directiva de EPM, nunca contestó. Lo hicimos por Twitter, lo hicimos por su teléfono, nunca contestó. Lo que hicimos entonces fue una campaña en la que la gente le decía que debía desmantelar Hidroituango. Se hizo una tuiteratón, se hicieron videos donde la gente le recordaba que él había sido crítico, que el problema de Hidroituango seguía siendo enorme, que no ha parado.

¿Desde su posesión no se han reunido con él?

Sí, logramos conseguir una cita. Fuimos dos líderes, una lideresa, un líder y yo, él se dedicó prácticamente el 80% de la cita a presentar su molestia por nuestra campaña, porque era imposible que alguien deseara desmantelar Hidroituango. En esa cita nos dijo que teníamos que mirar otros problemas, le dijimos que sí, que había muchos problemas y nos dijo entonces que si teníamos un pliego de peticiones para todo lo que estábamos diciendo en materia de medios de vida, de salud, de alimentación, de cosas básicas, del riesgo mismo que se tiene en el territorio, de los muertos, de los desaparecidos... le dijimos que sí, que nosotros teníamos un pliego del año 2012 y quedamos en que lo íbamos a actualizar.

¿Qué pasó con ese pliego?

Lo actualizamos y luego se le invitó, se le convocó para que llegara a la movilización que teníamos planeada para el 27 de marzo, quedamos en que radicábamos antes el pliego de peticiones, así se hizo, se le radicó de manera formal. Han pasado casi tres meses y nunca respondió. Se le volvió a escribir porque nos dio el teléfono de su secretaria o de su asistente, tampoco volvieron a contestar, se le mandó la invitación al correo por donde se había concertado la cita, tampoco, nunca más nos volvió a contestar.

¿Qué piensa del incumplimiento en eso de buscar una firma cazatalentos para elegir al gerente de EPM?

En campaña dijo que todo iba a ser por meritocracia, en una encuesta pública en la que se postularían los interesados, se mirarían los perfiles y no sé qué… y después no fue así. Alguien decidió por él quién es el nuevo gerente de EPM. ¿A quién representa el nuevo gerente de EPM? A un grupo económico contrario al Grupo Empresarial Antioqueño.

Quintero tiene que responderle a esas dinámicas y a esas lógicas, él no tiene capacidad de decisión, no creo que sea directamente quien esté manejando la ciudad. Yo creo que él no tiene ninguna posición con Hidroituango, ni siquiera es que haya cambiado es que no tiene ninguna, él ha estado en absoluto silencio sobre Hidroituango, dejando que otros lo manejen y tampoco quiere asumir responsabilidades por sus posturas anteriores y buscar un ánimo de si quiera aparentar coherencia.

Finalmente, Isabel, ¿cuál es su posición sobre las acciones de EPM a propósito de los positivos de COVID-19 que se han detectado en personal contratista de Hidroituango?

Ellos sabían lo que iba a suceder, habían tenido varios casos de riesgo. Nosotros sacamos una alerta hace mucho tiempo, más de un mes, diciendo que era un foco de contagio al tener tantas personas concentradas en los campamentos. Ellos mismos han dicho que tienen más de 4.000 obreros y estos obreros se rotan, tienen unas rotaciones cada ocho o quince días, dependiendo del frente de trabajo, y se rotan en promedio 500 obreros. Entonces era muy factible que esto ocurriera. Las medidas de seguridad eran absurdas, lo que hicieron fue despedir a los ancianos, a las personas más adultas que trabajaban para ellos y hoy las medidas siguen siendo el ocultamiento de información, no hay controles reales, la gente está desesperada.

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