Los cinco niños, uno de 14 años, tres de 15 y otro de 18, fueron encontrados en un cañaduzal a un kilómetro del barrio Llano Verde con heridas de arma de fuego y otros degollados. Los familiares de las víctimas dijeron que los jóvenes habían salido desde temprano de sus casas hacia el cañaduzal en Caño Verde, al sur de Cali.
Después de buscarlos por casi una hora en el cañaduzal, sobre las 7 de la noche del pasado martes, fueron hallados en una zona alejada de la carretera principal. Los cuerpos de las víctimas tenían impactos de bala y otros estaban degollados.
Los cinco jóvenes eran amigos y vecinos del barrio Llano Verde. Hacían parte de familias humildes que fueron reubicadas en aquel sector dentro del plan Jarillón, que les dio casa a personas que vivían en invasiones en las laderas del río Cauca.
En la ciudad de Cali, en lo corrido del año, según lo informó la Secretaría de Seguridad y Justicia, se han presentado 596 muertes violentas. La administración ha recibido críticas por que la inseguridad se ha tomado a Cali en los últimos meses.
Aunque las investigaciones para esclarecer los hechos arrancaron desde el momento en que se conoció la masacre, no se conocen aún las causas del brutal homicidio. Familiares entrevistados dijeron los jóvenes no tenían vínculos con la delincuencia, que solo estaban cogiendo caña sin permiso de los dueños.
La administración de la ciudad ofreció 20 millones de pesos de recompensa a quienes ayuden a esclarecer los hechos, que tienen atemorizados a los caleños, que últimamente viven en medio de robos y asesinatos.