Este año celebramos el Primero de Mayo número 130, desde aquel histórico Primero de Mayo de 1886 que dio origen a la celebración, y que recuerda la lucha de los trabajadores de Chicago por las 8 horas de trabajo, 8 horas de estudio y 8 horas de descanso. La pregunta es ¿cuál es el sentido de seguir celebrando esta fecha hoy, bien entrados ya en el siglo XXI?
Algunos dirán que no es más que la nostalgia de un pasado que se derrumbó bajo los escombros del muro de Berlín y la cortina de hierro, por allá a inicios de los años 90 del siglo pasado. Siguen creyendo en ese cuento chino del fin de la Historia. Otros aseguraran que no son más que pataleos de ahogado del castro chavismo, hoy cuando los gobiernos de izquierda de América Latina se repliegan en desbandada.
Desde las organizaciones populares y los movimientos obreros, sectores minoritarios pero importantes de la población, se enarbolan en cambio muchas razones: la crisis política, el neoliberalismo, el neocolonialismo, el medio ambiente, las guerras. La lista de reivindicaciones es extensa y se manifiesta en cada lugar de manera particular. Pero hay algo fundamental en esta fecha y que va más allá de las banderas particulares: es la capacidad del 1º de Mayo de recordarnos que la riqueza de las sociedades y las naciones es producida por el trabajo, no por el capital. Esta verdad, sencilla y concreta, es la que le da a esta fecha su carácter universal y su contenido revolucionario.
Es cierto que los movimientos obreros se quedaron anclados en ideas e imaginarios del pasado, y perdieron contacto con las nuevas realidades. Es cierto que el capitalismo ha logrado adaptarse e imponerse a nivel global. Sin embargo, el 1º de Mayo sigue presente en el calendario de la gran mayoría de países, como un día arrancado por los trabajadores y trabajadoras del mundo para demostrar su poder ante los patrones. Esa sigue siendo su razón de ser.
Los 1º de Mayo de hoy no se pintan solo de rojo ni enarbolan únicamente hoces y martillos, también se pintan con los colores del arcoíris y enarbolan wiphalas indígenas. En los 1º de Mayo de hoy marchan los obreros de casco y overol junto a los obreros y obreras de vestido y corbata, de maestrías y doctorados. En los 1º de Mayos de hoy se canta la Internacional a ritmo de punk, carranga o vallenato, y desfilan Lenin y Mao junto a Bob Marley y V de venganza. Pero sigue siendo como ese 1º de mayo de 1886, porque son las nuevas clases trabajadoras las que generan la riqueza en nuestras sociedades de la información y el conocimiento.
Este es el día para recordarlo.