Increíble, aunque Nairo Quintana es tal vez el deportista colombiano con más logros en el extranjero siempre quisimos exprimirlo más. Los de Movistar cometieron un pecado con él: le sacaron todo lo bueno antes de tiempo, lo maduraron biche y por eso a los 29 años debemos decir y aceptar que los mejores años de Nairo han quedado atrás.
El domingo pasado Marc Soler iba sólido ganando la etapa reina de la Vuelta. Lo ordenaron detenerse, el hombre se emberracó, no consideraba que Nairo, quien ya va a salir del equipo, tuviera piernas para ganar la etapa o la vuelta. El resultado final le dio la razón al español, un esloveno de 20 años le ganó ampliamente la etapa y en la contrarreloj Nairo quedó a tres minutos de la general, un mundo que jamás podrá recuperar teniendo en cuenta que viene de un desgaste terrible en el Tour de Francia. Sin embargo Soler fue tendencia y los imbéciles colombianos lo bombardearon con insultos y amenazas como suele pasar con Zidane cuando el indisciplinado James no juega en el Real Madrid.
Entonces decíamos que en el Arkea, el nuevo equipo francés en el que correrá Nairo en el 2020, iba a ser el líder indiscutible y los periodistas franceses tuvieron que volvernos a poner en su sitio: tendrá que compartir liderato con Barguill, un joven de 27 años que es una de las grandes promesas del ciclismo europeo.
Nairo ya no es el mismo y cuando los resultados no empezaron a dársele, desde el 2017, afloró todo el odio que ha generado su tiranía. Desde siempre se ha hablado que es un emperador, un ciclistaque se aprovecha del trabajo de otros, que los españoles siempre han señalado de mediocobardón. Por supuesto no compartimos eso pero si debemos aceptar que Nairo ya no está ni siquiera para ser podio en una Vuelta tan mediocre como esta. De los 10 mejores corredores del mundo solo tres están compitiendo, Roglic, Valverde y Nairo. Pero ni así y de pronto hasta le da una pájara de esas y desaparece de entre los 10 primeros. Nairo ya ni sube ni hace crono. Está listo, casi que acabado.
Entonces vamos a ver si maduramos emocionalmente y vamos reconociendo la verdad: Nairo ya no es el mismo que antes y Valverde, diez años más grande que él, debe ser el líder de lo que queda de Vuelta.