Soy una provinciana a duras penas mayor de edad de Yopal, Casanare. Sinceramente jamás me había interesado la política, de vez en cuando la criticaba, lo cual es curioso teniendo en cuenta que mi papá es un político afortunadamente retirado. Como hija de político retirado, separado y divorciado de la política, entendí cuál es el mayor problema que tiene la política. Por si se habían guardado las preguntas de "¿A mí qué me importa que sea de Yopal, ala?" y "¿A esta yopaleña qué le importa Bogotá, carachas?". Me importa Bogotá porque hace año y medio que vivo en Bogotá por motivos universitarios. Y menciono que soy de Yopal porque creo que el problema que tienen Yopal y Bogotá es el mismo, pero diferente (además en la capital registré mi cédula). Me empezó a importar la política el día 13 de noviembre de 2014, cuando adquirí mi derecho al voto. Lastimosamente, no a todos les pasa. No votar o el voto en blanco realmente no son la salida más fácil. Ponerse a leer aburridos planes de gobierno y escuchar esos debates tan hartos es agotador, pero es lo que hay que hacer para votar BIEN. Así que, a mis 18 años, concluí que elegir por quién votar ha sido la decisión más difícil que he tomado en mi vida, incluso más que qué ponerme.
Ahora, me gustaría enumerar los problemas del gobierno y/o política (en cierto punto llegan a ser sinónimos):
- La gente no se informa. Y no los juzgo (a muchos sí), en realidad no es tarea fácil. Los candidatos hablan de lo que quieren hablar, y lo malo prefieren ocultarlo, por lo tanto lo que hacen es desinformar. Sin embargo, la gente lee lo que un solo candidato va a hacer por la ciudad, y mientras les convenga como individuos o les parezca buena, deciden votar por ese, sin más; así no tengan la menor idea del plan de gobierno de los demás. Así es en Bogotá y en Yopal, igualitos.
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La política se volvió un oligopolio. Es sorprendente cómo en Bogotá el poder se reparte entre la izquierda y la derecha, como si no existiera nada más. Si alguien se lanza a la candidatura, lo que importa es que ya haya tenido experiencia en un cargo parecido (o el mismo), y que sea impulsado por personas que hayan tenido cargos influyentes precisamente. No existe manera de llegar al poder sin palanca, no existe.
En cuanto a Yopal, lo que mantiene en el poder a la gente no está tan denominado por influyentes, sino más bien por la compra de votos. En Yopal, tierra de ganaderos y arroceros (¿ya mencioné los narcos?) hay gente que tiene mucho dinero, mucho. Y parece que ya tienen todo lo que quieren en la vida y deciden gastar su plata en comprar votos, ya sea directamente con dinero, mercados, rifas, lechona, o lo que sea que se les ocurra; igual la gente lo acepta. Y es por eso que las mismas personas, pero con diferentes amiguitos se mantienen en el poder: por la plata. Y si no tiene plata, tranquilo, que su amigo multimillonario que sí tiene lo financia.
- "Ese es bueno, pero ese no gana, y yo prefiero no perder mi voto". Este es un problema de ambas capitales, ligado al anterior. Disculpen el "a yo", pero quise resaltar la ignorancia de los que lo dicen. Me dan ganas de gritarles "PUES CLARO QUE ESE NO GANA PORQUE MILLONES DE PERSONAS PIENSAN EXACTAMENTE IGUAL QUE USTED". Quiero que quede claro que cada quien debería votar por el que le parezca, y no por el que crea que va a ganar, porque no se le da la oportunidad a los buenos candidatos de subir, sino a los mismos de siempre, a los que tuvieron más plata para hacer la famosa "publicidad política pagada" (linda manera de llamar a la propaganda). Les juro que si cada uno hiciera ese cambio en su pensamiento, el mundo sería un lugar totalmente diferente. ¿Lo intentamos este 25?
4. La ignorancia de los votantes. Desafortunadamente, y lo digo con dolor en el alma, los ignorantes siempre serán más. Una pequeña ventaja que tiene Bogotá es que la educación es mucho más común, y por ende, si yo tengo un título profesional, lo mínimo que tengo que pedirle a mi candidato es que él tenga uno o varios, si no, ¿por qué tengo que dejarme gobernar por él? Esta manera de pensar es la correcta. En Yopal, por el contrario, la gente suele tener un mucho menor nivel educativo, y por ende, no se busca ir más allá, en realidad se tienen muy bajas aspiraciones, muchos se conforman con el diploma de bachiller (Bogotá no se salva, pero tiene este problema en menor medida), así que no les parece importante votar por alguien que no haya estudiado, o que no sepa ni lo que está diciendo, porque no les parece necesario. Prefieren elegir un candidato con el cual se sientes identificados.
- La gente no ha entendido la magnitud del concepto "voto". Está ligado al anterior problema. Si vendo mi voto por un plato de lechona es porque no he entendido que mi voto me hace más poderoso que la persona a la que estoy idolatrando. Este es un problema grave, porque la gente sigue sin entender cómo funciona la política, sigue creyendo que un candidato es una figurita pública a la que le cuento mis problemas, me dice que los va a solucionar, y le creo.
En fin, espero que se hayan sentido identificados con alguno de los puntos, o tal vez tengan un vecino que sea igual. No sé qué tan eficiente sea, pero mi intención es cambiar ideas, por ideas mejores, quiero que los votantes sean conscientes y exigentes, que no voten porque sí, o por el que me dijo mi papá o mi vecino. Lean, infórmense y sólo después de eso, decidan.