Son las seis de la tarde y un bus de Transmilenio llega a la estación Profamilia, Caracas con calle 34. Los que llegaron a su destino lograron la odisea de escurrirse entre las decenas de viajeros para acercarse a la puerta. Pero cuando esta se abre, se embuten a los codos y empujones los que están en la estación, sin dejar el menor resquicio para los que se quieren bajar. “Dejen salir” grita uno. “Salga como pueda” le contesta otro que logra meterse aunque no hay espacio para un cuerpo más.
A mucha gente en Bogotá poco le importa que las cosas funcionen bien para todos, a menos que se trate de su propio trayecto, casa, colegio, empresa, vehículo, restaurante o club. Esta mentalidad de gueto impide ejercer el poder ciudadano para lograr mejores bienes públicos, como los parques, los medios de transporte, los andenes, los cerros, el agua, las vías, la salud y la educación, y las mismas instituciones. Una razón para eso es el poco sentido de pertenencia, que va desde el uso de Transmilenio hasta la participación en la planeación de la ciudad.
Este es una de las preocupaciones que une a la Veeduría Distrital con un grupo de organizaciones como Fundación Social, Avina, Bogotá Cómo Vamos, Corposéptima, Ocasa, Foro Nacional por Colombia, y Universidades como a Tadeo Lozano y Santo Tomás en torno a la Alianza por Bogotá.
Su proyecto más reciente es el de unirse a la idea de la Secretaría de Gobierno de proponer todo un Estatuto de Planeación de la ciudad que abra mejores vías de participación de los ciudadanos. Oficialmente, la propuesta de Estatuto ya está en manos del Concejo.
Los parques son un buen ejemplo de bien público. El Simón Bolívar le permite a cualquiera pasar una tarde apacible en medio de la ciudad. Foto de http://carlosperezco.blogspot.com/2012/08/bogota-parque-simon-bolivar.html
Para el filósofo y matemático Bernardo Toro, director Nacional de Avina, que hace parte de la Alianza, “desafortunadamente, nosotros no somos muy conscientes de eso, de que los políticos no tienen más poder que el que la sociedad le dé.” La Alianza vio que es necesario abrir vías para que la gente ejerza ese poder en la planeación a largo plazo de la ciudad, porque los mecanismos que hay hasta ahora están obsoletos. No tienen en cuenta la riqueza ciudadana de nuestra capital, la gente de diferentes edades, distintas procedencias, culturas, miradas e intereses. Y aunque existen muchos espacios donde la gente pueda opinar, no hay claridad de cómo estas voces se toman en cuenta en las decisiones finales, comenta una funcionaria de la Veeduría Distrital.
Bogotá tiene infinitas miradas y propuestas. Foto: Minga Crew hace Rap Underground describe la vida de la calle. Foto de http://www.cartelurbano.com/content/rap-underground-para-las-calles#.VErIZYuG_F8
Por eso, en la propuesta hay todo un sistema de planeación, donde lo urgente no le quite espacio a lo importante, es decir, donde pueda pensarse a Bogotá en el largo plazo más allá de las necesidades inmediatas. Y donde la gente pueda incidir en las decisiones. No solo sobre cosas abstractas, sino sobre el territorio que usa, transita y disfruta, lo que requiere un sistema descentralizado que le dé importancia a las localidades. El 6 de noviembre habrá un encuentro con algunos concejales. Si no lo aprueban en esta administración, la Alianza seguirá insistiendo con los candidatos a la Alcaldía y en la siguiente administración.
