Hace poco Las2orillas me publicó un artículo llamado La esclavitud moderna de la Ley 789 de 2002, sancionada por Uribe, en el que se mencionaba que en algunas empresas habían ciertos métodos parecidos a la forma de esclavitud existente desde tiempos antiguos. Respecto a eso, y en lo que he analizado en este tiempo, he podido observar la manera en que ciertas organizaciones se desprenden poco a poco de los buenos empleados —personas comprometidas, responsables y con múltiples talentos—, cambiando de personal constantemente, con contrataciones temporales, convirtiéndose en pasarelas con desfiles de un sinnúmero de personas que llegan a cada compañía con diferentes métodos de trabajo, lo cual comienza a evidenciarse en un estancamiento de sus procesos y procedimientos.
A pesar de lo anterior, hace poco revisé oficios en aplicaciones para conseguir empleo y encontré algunos relacionados con el área de talento humano que se dedican exclusivamente a retener talentos y a ofrecer oportunidades de ascenso a los trabajadores dentro de una compañía. Obviamente muchas de estas empresas son las llamadas multinacionales, aunque también existen algunas, un poco más pequeñas, las cuales se han caracterizado por ser las mejores para trabajar y gracias a ello han obtenido una confianza por parte de los usuarios, a nivel nacional y mundial.
Pues bien, después de hacer el análisis respectivo llegué a la conclusión de que dichas empresas han llegado a obtener tal confianza de sus usuarios pues tienen dentro de sus políticas pilares indispensables, enfocados en la retención de los mejores. Uno de los principales motivos de surgimiento de algunas entidades es la calidad de trabajadores que tienen al interior y la estabilidad que ofrecen, agregándoles beneficios a sus salarios, que ciertamente son una motivación más para que todas las generaciones puedan sentirse a gusto y encontrar una oportunidad de obtener algún reconocimiento de acuerdo con cada una de sus capacidades.
Finalmente, cada empresa debería ser un instrumento para que los trabajadores puedan cumplir su sueño o por lo menos acercarse a ello. A pesar de ello, muchos de estos se van, pues se tropiezan con algunas compañías catalogadas como pésimas, las cuales cambian de trabajadores como si fueran objeto de trueque. Además, resulta incomprensible saber cómo estas llamadas "compañías" se han sostenido en el tiempo, dejando ir a los mejores, que efectivamente serían pieza clave y de suma importancia para el futuro surgimiento y posicionamiento de la entidad.