¿Por qué la política minero-energética es errada?

¿Por qué la política minero-energética es errada?

Las restricciones impuestas por el gobierno para explorar/explotar nuevas fuentes de hidrocarburos podría hacer naufragar nuestra economía en 2024

Por: Fernando Santacruz Caicedo
enero 19, 2024
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¿Por qué la política minero-energética es errada?
Fotografía: Canva

Las restricciones impuestas por el gobierno para explorar/explotar nuevas fuentes de hidrocarburos, podría hacer naufragar nuestra economía en 2024. El aporte de petróleo/derivados a las exportaciones totales en 2022 alcanzó el 56% (US$32.000 millones).

Importamos un tercio del gas que consumimos (industria/hogares, 44%; vehicular, 56%). Dependemos en alto grado de las plantas hidrogeneradoras para producir electricidad y el descenso de los embalses –fenómeno del Niño-, obliga a emplear gas para utilizarlas.

La operación de Hidroituango permitirá producir el 80% de la electricidad, con base en fuentes renovables. ¡Las convicciones del cambio climático/conservación ambiental NO pueden sobreponerse a los intereses nacionales! PETRO NO ESTÁ LLAMADO A SALVAR LA HUMANIDAD NI EL PLANETA, SACRIFICANDO A LOS COLOMBIANOS. Los causantes históricos de la gravísima alteración climática -EE.UU., Europa, Canadá, Australia, China, Japón, Emiratos-, son responsables de cargar con el mayor costo de la transición energética.

El único mineral abundoso que posee Colombia es el carbón, cuya producción fue disminuida sustancialmente por la administración actual bajo la égida de la “descarbonización”.  ¡Su participación en la generación de electricidad apenas llega al 3%!

En su cúspide productiva, dicha actividad logró topes de exportación superiores a 90 millones de TM anuales, que alimentaron 60 plantas termogeneradoras -600 MG, c/u-, con tecnología “ciclo ultrasupercrítico”. Pocas termoeléctricas del tipo mencionado, “pueden asegurar la independencia energética del país, aún en escenarios de cambio climático con pérdida de lluvias” (Camilo Montes. El Espectador, 28/05/2023). La “huella climática” de CO2 al año por habitante en EE.UU. es de 14.8 Tn. ¡La de Colombia,1.78 Tn.!

En la reunión de países miembros de la cuenca del Amazonas -Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam, Ecuador, Brasil, Perú y Bolivia-, el Presidente colombiano propuso “luchar contra el capitalismo fósil” y agregó que “lo que necesita el planeta es dejar atrás el petróleo, el carbón y el gas…”. El mayor volumen de las divisas de los países amazónicos proviene de la extracción/comercialización de hidrocarburos: las reservas petrolíferas de Brasil lo posicionarán en 2029 como el cuarto productor mundial de petróleo -5.4 millones bpd-.

Guyana obtuvo el primer lugar en crecimiento del PIB planetario en 2022/23, merced a sus exportaciones petroleras -1 millón bpd-. Surinam lo sigue de cerca, gracias a sus yacimientos probados. Venezuela tiene la mayor reserva petrolera del mundo y una de las más considerables de gas natural. Durante las últimas cinco décadas, el crudo ha sido la fuente por excelencia de ingresos de Ecuador/Perú. En Bolivia, las exportaciones de gas natural representan más del 50% de sus exportaciones. Evidentemente, ¡el discurso de Petro fue rechazado!

Publicaciones internacionales especializadas acentúan como alternativas económicas viables para Latinoamérica, la progresiva demanda de: i- minerales/metales empleados en las nuevas tecnologías –cobre/litio/coltán/estaño/níquel/etc.-; ii- alimentos, a nivel mundial; y, iii- el aprovisionamiento a CHINA, EE.UU. y EUROPA. Mientras que desde México hasta Argentina/Chile los países del hemisferio potencian sus oportunidades “extractivistas” –bajo severas regulaciones ecológicas/sociales-, Colombia prohíbe/suspende tales actividades sin haber diseñado opciones funcionales de crecimiento económico/desarrollo social.

Nuestro sector agropecuario, carente de producción a gran escala, se encuentra estancado -investigación/tecnología/infraestructura/vías-, lastre que nos impide avanzar firmemente.  Suscribimos/disponemos de un TLC con Norteamérica, sin usufructuar las preferencias estipuladas.

Reducir la producción petrolera/minera es absurdo e irresponsable. El turismo NO puede generar los ingresos percibidos por concepto de hidrocarburos/derivados/conexos, debido a los altos índices de inseguridad nacional. La fementida “reindustrialización” se origina en la mayor utilización de la capacidad instalada en actividades manufactureras tradicionales y en la inflación, que encarece la importación de bienes de capital/consumo.

Agroindustrializar a gran escala el oriente y otras regiones de Colombia deviene en la meta por excelencia del Gobierno. Con embalses bajos, sin hidroenergía suficiente, sin explotación/empleo de carbón/termogeneradoras, ¡tendremos que IMPORTAR energía a los precios que nos impongan! Nuestro futuro económico está en vilo, como resultante de una política energética equivocada que obstaculiza la transformación de la atrasada estructura socioeconómico. ¡SI MANTENEMOS TAL PRAXIS, SUBSISTIRÁN EL HAMBRE/POBREZA!    

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