La Federación Colombiana de Fútbol (FCF) pagó una multa por más de cinco millones de dólares a la SIC por descuidos de sus directivos, de acuerdo a su investigación y su posterior y ratificada sanción.
La dirigencia del fútbol nacional, conformada por la Dimayor y la Difútbol, que a su vez configuran la FCF, no le hacen hasta ahora ningún reparo al tema, como que a esta dirigencia le parece de lo más normal. Mientras tanto, los clubes profesionales, incluyendo la liga femenina y las ligas departamentales, están necesitando dinero para desarrollar sus torneos; cosa que si en condiciones normales es bien difícil, imagínense ahora con esta pandemia que tiene al mundo medio congelado.
No se oye ningún pronunciamiento al respecto de los directos dolientes del fútbol colombiano, es como el silencio o un respaldo de los inocentes de los directamente perjudicados. Tampoco se les oye nada a los cinco o diez comentaristas que se creen los papaupas del periodismo deportivo colombiano, que hace poco masacraban en radio, televisión, prensa y en las cuentas de sus redes a Perdomo y después a Jorge Enrique Vélez por sus actuaciones nefastas, según ellos, en la Dimayor y en el comité ejecutivo de la FCF, y antes a otros directivos y directores técnicos de selecciones Colombia o clubes de Dimayor.
Oferta de Miami
Dicen que por razones de tiempo en esta época de crisis social y económica que atraviesa el mundo y la mayoría de empresas, entidades y asociaciones deportivas, la FCF no pudo aceptar una buenísima oferta de empresarios de Miami, respaldada por el alcalde de esa ciudad y el gobernador de Florida, para que la selección colombiana de fútbol juegue allá el partido que le corresponde de local ante Uruguay, teniendo en cuenta que Barranquilla, su sede natural, no se permitirá el acceso de público.
¿Sería de verdad que declinaron la oferta por razones de tiempo o para evitar más críticas de las que vienen recibiendo por diferentes temas y decisiones? Porque a la FCF últimamente todos los tiros le están saliendo desviados, como llenar de invitados los juegos de la selección, entre ellos el ministro de Justicia junto a sus hijos. Aunque el funcionario, por ser miembro del comité de FCF, habría podido ser un aliado sociopolítico de la federación en los temas jurídicos que apelarán o en los que podrían verse involucrados, esa situación lo llevó a renunciar a ese comité.
Se cree que, en otras condiciones, al no estar los directivos de FCF sancionados y en pandemia vigente, se tirarían en plancha y firmarían esa propuesta de Miami, donde hay un clima parecido al de Barranquilla. Atentos porque si esta oferta no se aceptó ahora por razones de tiempo no quiere decir que no se acepte a futuro por las garantías económicas, que al final se imponen en el mercado.