Se estima que cerca de 2000 británicos se han unido a las filas del Estado Islámico. Por tal razón es que el gobierno británico decidió elevar el nivel de alerta terrorista de “sustancial” a “severo”. Según la escala que maneja el Centro de Análisis del Terrorismo del Reino Unido, este nivel –el segundo más alto- significa que el ataque terrorista es altamente probable pero no hay pruebas para decir que es inminente.
David Cameron, Primer Ministro británico, no entiende el asunto como un problema aislado a miles de kilómetros que se puede ignorar “La ambición de crear un califato extremista en el corazón de Irak y Siria es una amenaza para nuestra propia seguridad, aquí en el Reino Unido”. En efecto, las palabras de Cameron hacen alusión a que unos 250 yihadistas británicos ya han regresado a Londres así como también a la posibilidad de que estos colaboren a la perpetración de un atentado terrorista en la capital británica, teniendo en cuenta las reiterativas amenazas del Estado Islámico en sus vídeos difundidos por la web.
Confiscación de pasaportes, nuevas leyes o inclusive retiro de nacionalidades son algunas de las medidas que estudia el gobierno de Cameron para evitar el regreso de estos yihadistas que al tener pasaporte británico pueden desplazarse por todo el mundo sin problema alguno. Básicamente las medidas se centran en dos puntos, el primero es neutralizar yihadistas en las fronteras británicas y el segundo es localizar a los que ya han regresado, para tal fin la policía dispondrá del poder de decomisar pasaportes a ciudadanos de quienes se tenga sospecha que viajan a unirse a la causa extremista. De igual manera, las aerolíneas deberán pasar una lista al gobierno con los nombres de cada uno de sus pasajeros.
Hay que tener en cuenta que en días pasados hubo un vídeo en dónde dos encapuchados británicos amenazan con regresar al Reino Unido a seguir las órdenes del Estado Islámico, así como también que en los vídeos de las decapitaciones de Steven Sotloff y James Foley aparece un verdugo con notable acento inglés. Según las investigaciones, todo indica que se trataría del exrapero L Jinny, un joven que dejó su mansión en un exclusivo sector de la capital británica para irse a combatir en Oriente Medio.
De la misma manera, fue noticia Sally Jones, la madre soltera y ex rockera de 45 años que abandonó a sus dos hijos por huir junto a su enamorado yihadista -25 años menor que ella- a las filas del Estado Islámico. De Sally, cuentan sus antiguos vecinos que vivía gracias al subsidio de desempleo que da el estado pues nunca se le conoció trabajo alguno. Se estima que habrá llegado a Siria en diciembre, luego de que su marido huyera previamente para ese país estando bajo libertad condicional en compañía del mencionado rapero L Jinny, de quien era amigo. Actualmente Jones se hace llamar Sakinah Hussain y se le puede ver en redes sociales publicando fotografías junto a una AKA-47 o posteando mensajes como “Todos ustedes cristianos necesitan ser decapitados con un lindo y desafilado cuchillo en las rejas de Raqqa… Vengan que yo se los hago”. Si usted gusta comprobarlo por sí mismo, bien pueda y sígala en twitter @UmmHussain101
Historias como las de L Jinny o Sally Jones, habrá muchas entre los ciudadanos británicos –o franceses, alemanes y españoles- que inexplicablemente dejan la comodidad de su país natal por irse a luchar en las filas del Estado Islámico. Según los especialistas que analizan el conflicto, las razones son varias y cuentan desde la rebeldía típica juvenil hasta el desencuentro con los valores que promueve la sociedad. Se trata en su mayoría de jóvenes hijos de inmigrantes, cuyas perspectivas de mejoría no parecen ser tan buenas como interesante sería la aventura que aparentemente ofrece el Estado Islámico en Oriente Medio. “Son jóvenes parte de una generación en dónde la globalización pone las identidades en crisis y que los hace muy vulnerables a preferir el martirio para convertirse en una figura épica que lucha por salvar al mundo”. Cuenta Afzal Ashraf, experta en ideologías terroristas del Royal United Services Institute.
En efecto, se conoce que ya son varios los yihadistas arrepentidos de la decisión que tomaron al abandonar su país de origen. Según informan medios británicos un grupo de por lo menos 30 yihadistas contactó a una universidad para expresar su arrepentimiento de militar en las filas del Estado Islámico así como también que añoran regresar al Reino Unido pero que temen ser encarcelados de por vida. Igualmente se quejaron de sentirse desilusionados tras los sucesos de las últimas dos semanas –no se tiene precisión si es por las recientes decapitaciones-. De hecho, varios de los que viajaron a enfrentar al régimen del presidente sirio, Bashar Assad, han sido obligados a combatir de su lado contra los rebeldes sirios.
Un representante del grupo cuenta que el regreso a Londres significa prisión, por lo cual no les queda otra opción que seguir luchando en Oriente Medio. El Profesor Peter Neumann, quien ha mantenido contacto con los yihadistas dice al gobierno británico que debería establecer un programa de desmovilización para facilitarles el regreso a casa y que una vez de regreso, puedan servir de ejemplo para mostrar la realidad de la guerra y combatir la propaganda a favor del Estado Islámico.
@enriquecart