Hay que decirlo claro: cinco años después de ser el goleador del mundial de Brasil James Rodríguez vuelve a vivir un fracaso más en su carrera deportiva. El Bayern simplemente no lo quiere comprar. Teniendo en cuenta el mercado actual de futbolistas lo que pide el Real Madrid para desenhuesarse de él son 42 millones de Euros, una bicoca teniendo en cuenta los precios que se manejan en el mercado actual del fútbol. Primero fue el presidente del Bayern Uli Hoenes y ahora Stefan Effenberg, referente histórico del club, acaba de decir que lo quiere ver fuera del club.
Las lesiones acabaron con el jugador y además rompió algo que le favorece a la mayoría de futbolistas: romper con su pareja, con Daniela Ospina. No todos son como Ronaldo. Cuando llegó al Real Madrid, siendo uno de los mejores jugadores del mundo, creía que podía ser tan grande como Messi, como CR7, como todos sus ídolos de su niñez. Pero vinieron las lesiones y la fama y perdió a su familia y James, con compañías como la de Shannon de Lima, se convirtió en una figura del Jet Set más que en un guerrero de la cancha.
Lo de James estos últimos cinco años ha sido una caída libre. Eso si, el problema es solo con los clubes con los que juega porque en la Selección siempre es figura. Es una lástima que no hubiera estado bien físicamente en el Mundial. Con él en el campo le hubiéramos ganado a Inglaterra sin problema, con él en el terreno de juego somos otro equipo. Nadie puede reprochar que James no hubiera cumplido la promesa con la Selección, el problema es Europa, el problema es que no volverá a ser el mismo, que a medida que envejezca sus posiblidades siempre serán menores. Al Real Madrid no volverá y dicho en plata blanca hay algo en su cabeza que no funciona. Imagino que cuando envejezca y se retire James se lamentará de que, como Asprilla, tuvo todo para ser el mejor del mundo pero la mente no le dio. Una lástima.