James Rodríguez fuera de la cancha, es un humano cualquiera (como lo diría Héctor Lavoe). Quiere decir que tiene el mismo riesgo (y derecho) de todo mortal a padecer una lesión por sobreuso, es decir por saturar de cargas a su organismo. Los atletas de altos logros eso sí, están más preparados que un humano cualquiera para soportar mayores esfuerzos; pero por más talento posean o disfruten de condiciones excepcionales de vida, no están inmunizados ni un poco frente al riesgo de una injuria.
De allí que los cuidados preventivos y de fortalecimiento en un gran deportista deben ser casi extremos. Un pequeño desliz o un trauma accidental, serían fatales para la competencia, si no se toman medidas ‘conservadoras’ a tiempo. Hace cuatro años se cometió un grave error con Falcao y su rotura de ligamentos, al pretender no respetar los tiempos pertinentes para la rehabilitación. Lo que debieron ser unos seis meses, se tradujo en una incapacidad deportiva de más de un año.
Los traumas musculares
Los músculos son estructuras contráctiles muy ricas en vasos sanguíneos y nervios. Su función es contraerse y elongarse para producir movimiento y así poder cumplir con las distintas funciones vitales. Y en un futbolista para darle mayor potencia y dinámica a sus piernas en el manejo del balón.
Una lesión común de los músculos que genera mucho dolor y discapacidad es la rotura de fibras musculares o desgarro. Tiene varios niveles. La mayoría de veces se manifiesta como una contractura muscular, que no es otra cosa que el mecanismo de defensa de un musculo fatigado por exceso de ácido láctico producido durante el ejercicio intenso. Se causan como consecuencia microroturas de fibras que normalmente se recuperan pronto con el reposo o la pausa, además de algunas medidas físicas locales.
¿James con contractura, fatiga muscular o desgarro?
El jugador James Rodríguez pudo haber estado inicialmente en ese punto. Es decir con apenas una fatiga muscular que exigía medidas urgentes de recuperación. El dolor agudo que presentó en el partido contra Senegal, muy seguramente fue producto de un edema o pequeño sangrado presionado por la cubierta muscular (fascia) que no se rompió.
El gran riesgo de un musculo fatigado o contracturado (con microdesgarros) es evolucionar a un desgarro muscular formal, que no es otra cosa similar a pasar un cuchillo filoso por la masa magra, provocando importantes daño. En este caso el tratamiento y la recuperación exigen medidas médicas complementarias, con una importante incapacidad para actividades atléticas.
El desgarro muscular causa un dolor muy intenso que obliga a la persona que la padece a suspender la actividad que realiza, ya que al contraer el músculo se pone en tensión el área lesionada. Las personas que las sufren en ocasiones describen estos dolores como si hubieran recibido una “pedrada”, sobre todo cuando son ocasionados en la parte posterior de la pierna o "pantorrilla", ya sea en el músculo gemelo o gastrocnemio o en el sóleo. De allí que a la rotura de fibras en la pantorrilla se le denomine “síndrome de la pedrada” por su símil.
En los músculos fatigados o contracturados, la recuperación por lo general es rápida y el tejido cicatriza por sí solo. Para un buen regreso a la actividad deportiva, y prevención de futuras lesiones, se requiere tratamiento de rehabilitación física de alta filigrana. Y todas las medidas médicas, que en el caso de los atletas competitivos deben tenerse en cuenta.
Es evidente que la lesión de James semiológicamente es muscular y por lo que vimos se localizaba en la región posterior inferior de su pierna derecha. Indicaba un compromiso de los gastrocnemios o del sóleo. Los primeros forman la gran masa de los gemelos y el segundo se ubica más abajo y lateral a los anteriores.
Consideramos que por su historial fue víctima de un Síndrome de fatiga crónica del deportista, que afectó uno de los puntos que mayor carga soporta en un futbolista, la región posterior baja de sus miembros inferiores. Además biomecánicamente en algún momento se presentó una distorsión o modificación de la distribución de las cargas (cuidó más la pierna izquierda), lo cual llevó a una importante fatiga muscular de su músculo sóleo en la pierna derecha, en esta oportunidad. Antes se había comprometido el otro lado.
Los tipos de lesiones musculares
Estos traumas musculares son al menos de tres tipos: 1. Leves, 2. Moderados y 3. Severos. El tiempo de recuperación depende de varios factores: el tipo y tamaño del desgarro muscular, el tratamiento recibido y aspectos propios de la persona que lo padece (estado de salud, peso, edad, sexo, etc.).
Grado 1, se trata generalmente de una contractura por fatiga muscular. Se presentan micro desgarros, que se resuelven solos con medidas básicas. La mayoría de deportistas manifiestan estar ‘engranados’ con sensación de agujetas que desaparecen con el reposo. De allí que si no se permite una corta pausa con la recuperación debida y otras medidas de apoyo, evoluciona fácilmente a nivel dos, a un franco desgarro. El periodo de recuperación puede estar entre 2 y 10 días, dependiendo de las condiciones del deportista.
Grado 2, se trata de un desgarro muscular establecido, pero parcial. No hay rotura total de las fibras musculares, pero exige un tratamiento especializado, menos conservador y más médico. Tiempo de recuperación entre 2 y 4 semanas.
Grado 3, es la forma más grave, se presenta rotura total de fibras musculares, con otras complicaciones adicionales como un gran edema y afectación de otras estructuras por reflejo. Además del reposo y las medidas físicas, es imperativo un tratamiento médico especializado con las intervenciones pertinentes. El tiempo de recuperación puede estar entre uno y tres meses.
Es importante aclarar que cuando hay franca rotura en la recuperación se forma tejido cicatrizal, no hay una reconstrucción original como tal del músculo o regeneración. Pero este tejido se puede adaptar y fortalecer adecuadamente para recuperar la funcionalidad normal. Pero pueden quedar secuelas como una mayor predisposición a una nueva lesión.
¿Cuál es el estado y pronóstico de James?
Sin duda es una lesión de primer nivel con riesgo de evolucionar a moderada, por sus antecedentes. Ya son varias veces con este mismo padecimiento. Lo más probable es que haya presentado una contractura muscular con micro roturas, que causaron una moderada salida de líquidos, contenidos por la capa que encapsula al músculo. Esa presión duele como una pedrada. El diagnóstico se confirma con ultrasonidos y una resonancia nuclear magnética en la región afectada
El tratamiento básico no tiene misterio. Se basa en el R Hi C E: reposo, hielo, compresión y elevación. Además del ABC médico con el protocolo farmacológico adecuado y otras medidas rehabilitatorias. No se descartan procedimientos como infiltraciones y el uso de nuevos opciones que ofrece la ciencia moderna.
Pero en un futbolista como James, es perentorio definir y sopesar su pronto regreso a la actividad competitiva. Normalmente en un caso como este se puede tomar cierto riesgo dándolo de alta para este juego, fortaleciendo las medidas desinflamatorias y analgésicas con ciertos cuidados. No estaría en la plenitud de sus capacidades tal vez más por un asunto psicológico, pero le daría fortaleza al equipo. Pero el agravante en su caso es que ya ha sufrido esta misma lesión, es recidivante, y ello va a pesar mucho a la hora de decidir si juega o no contra Inglaterra.
Apostilla: La gran ventaja de la Selección Colombia en estos casos es que tiene un equipo médico excepcional en cabeza del prestigioso galeno, Dr Carlos Ulloa. Eso es garantía y seguridad para los mismos jugadores.