Hace unos minutos leí una columna de opinión de este mismo portal en el que hace una lista de razones para irse de Colombia ya mismo; entonces me animé a por fin, escribir esto que hacía un par de semanas quería escribir.
Voy a empezar por poner un sencillo ejemplo: en mi casa hay una gotera. Bastante grande y molesta. Mi abuela opta por quejarse del estado del techo, refunfuñar todo el día y criticar la gotera, pero eso no solucionó nada. Mi papá opta por decir que esta casa es el mejor vividero del mundo, que tiene la segunda fachada más bonita de la cuadra, que en nuestro techo hay una gotera pero que en el del vecino hay es un boquete que fácilmente se convertiría en agujero negro. Casi que negó la gotera, pues ama esta casa por encima de todo y eso tampoco ayudó con el problema. Mi mamá decide irse de la casa, porque así, con una gotera en la mitad de la sala, no se puede. Menos arregló nada. Pero mi hermano, cansado de la situación, ahorró durante dos semanas y fue a comprar tres tejas, luego, dos semana más tarde fue por cemento e impermeabilizante, y luego, casi un mes después compró estuco y un poquito de pintura. Ese, poco a poco, si que solucionó el problema. A lo que me voy, (y que ya todos se pillaron) es que si bien tenemos que reconocer que a nuestro país se lo llevó el patas y lo dejó caer, y que si tiene grandes problemas en salud, educación, transporte, justicia y un largo, largo etcétera, si salimos corriendo de aquí y dejamos esto tirado, ¿qué va a pasar cuando tengamos que volver? y ¿qué le vamos a enseñar a las futuras generaciones?. "Si algo se le daña no lo arregle, bótelo". Peor aun, ¿qué les vamos a decir por mera decencia, cuando nos pregunten por nuestro país?. "No quise luchar por él, esto estaba mal y me fui". No señores, nuestro país no se arregla así. Si un mayor me dice que se quiere ir, listo, le comprendo, váyase, pero ¿un jóven? Nosotros (porque tengo 20 años al momento de escribir esta nota) no nos podemos meter ahí en el grupo de los que se van, porque podemos salvar esto, pero estando aquí, porque tenemos los mecanismos y lo tenemos que usar. El más poderoso, el voto. Si hace unos buenos años el país hubiera sabido votar, por las ideas, y no por el color, esto no estaría tan mal. Ahora nosotros tenemos a la mano todo, que es el voto. Elijamos un buen presidente y unos buenos congresistas en el 2018, elijamos un buen alcalde y gobernador en el 2015, y veremos que esto empieza a mejorar. Y hagamos algo pequeño que a la vez es gigante por la paz, es algo que Pirry dijo hace un par de años y me sonó tanto la idea que intento aplicarla, y es la "revolución de las cosas pequeñas". Con cosas simples como ceder el puesto o la vía, recoger la basura del suelo así no sea nuestra, no responder con un madrazo la imprudencia que el otro acaba de cometer en su vehículo, y tratar de no dañar los enseres públicos, entre muchas otras cosas por el estilo, ayuda.
Me parece muy bien que alguien se vaya del país pero a extender su negocio, a trabajar desde allá para que Colombia mejore, a construir país por allá, de hecho yo quiero irme, a trabajar en los dos países, para que por allá, lejos, aprendan que somos más que Pablo Escobar y café; además para conocer el mundo !qué más que Colombia para mostrar un mundo real¡ La nuestra es una de las realidades más crudas del mundo y eso es el mundo, porque pasear por Times Square, aunque delicioso, es algo construído para maravillar al visitante; pero parar en un semáforo y ver como cinco fragmentos de realidad se acercan a ofrecer chicles, a limpiar el vidrio, a hacer malabares, a vender "chucherías" etc, eso sí que es el mundo. Y esa realidad la podemos cambiar nosotros desde aquí. Otra más, y es que para irse a comer bastante de la que sabemos en otro país del cual ni siquiera habla el idioma y aguantándose el desprecio del que es víctima su nacionalidad, se la come aquí, pero al menos con gente que le aprecia. Sé que este no es el caso de todos, pero si de muchos.
Entonces, habiendo visto que los jóvenes estamos a tiempo, podemos y debemos tomar las riendas de este país para desviarlo un poquito y evitar que caiga al precipicio y ya que sabemos cómo lo podemos lograr solo me queda dar dos motivos, solamente eso, dos motivos, de por qué no irse de Colombia.
El primero: porque este país se puede salvar.
El segundo: porque después de 300 años de esclavitud, y 80 años de conflicto interno, y después de la resistencia que nuestra gente puso a todo eso, y después de una cantidad de luchas infructuosas por apoderarse de nuestra nación, como debe ser, simplemente esta porción de tierra cohabitada por 46 millones de colombianos, se lo merece. Nuestro país no merece que después de todo este camino, lo abandonemos como si nos importara un aguacate lo que le pase o simplemente porque no mamamos de luchar (además los jóvenes ni siquiera hemos empezado a luchar). Lo que realmente se merece es que lo acompañemos mientras está en la UCI, para que podamos disfrutar con él cuando le den de alta, cuando salga de esta crisis.
Espero de todo corazón que a alguien le queden estas palabras y se de cuenta que vale la pena tratar de luchar por este país, que no estoy en contra de que la gente se vaya del país, pero que lo haga de forma responsable.
Señores, muchas gracias por haber leído este post, gracias, adultos porque nos entregan un gran país, y por lo menos yo, les prometo que he de intentar que lleguemos a ser uno de los mejores países del mundo. Quien quita que lo logre.