Por esta época es cuando todas las entidades deportivas del país se preparan de cara a lo que serán los Juegos Nacionales Bolívar 2019, justas que reúnen a los mejores del país y por ende. Todos los departamentos alistan sus cartas para lograr una buena cantidad de medallas que los posicionen en lo más alto del deporte nacional, pero en el Cauca, las cosas son a otro precio.
Raíz del problema
Actualmente, las ligas deportivas del departamento ni siquiera cuentan con un apoyo económico como se supone debe ser según los recursos que se destinan para el país, porque hasta la fecha no hay un solo entrenador que haya sido contratado para ejercer su cargo, cosa que es muy preocupante ya que en otros departamentos han trabajado ininterrumpidamente por la meta de los Juegos Nacionales, mientras que Popayán y el Cauca llevan estancados desde noviembre del 2018, a ocho meses de las justas.
A raíz de esto es que muchos deportistas del Cauca han tomado la decisión de "repatriarse" para otros territorios colombianos y se puede constatar, pues debe haber por lo menos un participante caucano en las ligas deportivas del sur y centro del país, lo que ha ocasionado en muchas oportunidades que el sentido de pertenencia hacia la región sea opacado por los intereses económicos. Así se evidenció en el pasado Sudamericano Sub 20, disputado en Chile, en donde jugadores caucanos eran presentados desde sus mismos clubes como deportistas vallecaucanos, cosa que debe tener un interés personal de fondo, pero eso es algo que no nos compete.
Por supuesto no solo ha sido la falta de recursos la que ha hecho que el éxodo de caucanos hacia el resto del país sea algo inevitable, también influyen factores como sedes deportivas, implementos, reconocimientos deportivos, trabajos profesionales, apoyo, etc. A decir verdad, hay un adagio muy coloquial que prospera conforme lo requiere la situación y es algo así como: “si así es… cómo será…”. Hago esta aclaración porque el caos dentro las instalaciones del ente regulador del deporte en el Cauca es una cosa de locos, porque el hacinamiento, la desidia y el desorden son la entrada de presentación de sus oficinas. Quién soy yo para juzgar la forma de trabajo de cada quien, supongo, todos somos metodólogos distintos, pero son reglas básicas de lógica y ética: si existen irregularidades y desorden en su ambiente así mismo serán sus procesos y eso es claro.
Y algo más…
Sí, aquí los problemas no paran. Por si fuera poco, a esto se le debe sumar el abandono al equipo profesional de la ciudad. Les voy a poner un ejemplo: pienso que todos en algún momento tuvimos o anhelamos un objeto, sea cual sea —una bicicleta, un videojuego, un vehículo a motor o el celular de la gama más alta—, y eso está bien, pero también es cierto que ese impulso y esa emoción se acaban. ¿No les ha pasado que cuando tienen ese artículo deseado en su poder después de un tiempo ya se vuelve completamente aburridor?
Eso pasó con el equipo de Popayán, porque cuando llegó a la ciudad, por allá en el año 2011, era la sensación, era la primera vez que la capital caucana tenía un equipo de fútbol profesional, después de los intentos fallidos del Deportivo Independiente Popayán por lograrlo. Sin embargo, en la actualidad el panorama asusta y preocupa, puesto que ya no hay bombos, no hay banderas, no hay aliento, ni siquiera agua, debido a que los dueños del estadio se han dado el lujo de quitarles el agua en varias ocasiones debido a la falta de pago. Qué molesto debe ser tener que terminar un partido agotado y no poderse duchar. Por esta razón, actualmente, según fuentes confiables y versiones no oficiales, el club estudia la posibilidad de anclar en otra ciudad de Colombia y sería una migración más para el Cauca y la historia se volvería a repetir…
