Bogotanos que se respeten saben que personas de otras regiones del país los llaman cachacos. Algunos con intención despectiva y otros como un simple apodo, pero lo que pocos saben es el origen de la palabra y la interesante historia que hay detrás. Sin contar que tiene una gran diferencia con ‘rolo’ otra de las formas en que se refieren a una persona de la capital. Aunque todo esto puede sonar un poco confuso Bogotá está llena de matices que permiten que todo lo anterior tenga una fascinante explicación.
Empecemos por las ruanas, una prenda muy usada sobre todo en la región andina, es un símbolo nacional y una especie de manta que se usa como abrigo. Se originó en las poblaciones cercanas a Nobsa, Boyacá y los bogotanos la solían usar con normalidad en los años veinte y treinta. Sin embargo, en 1936, Jorge Eliecer Gaitán siendo alcalde de Bogotá, prohibió a los empleados oficiales el uso de alpargates y de la ruana y les exigió el baño y la afeitada diaria.
Decretos de Jorge Eliécer Gaitán como alcalde de Bogotá:
— Historia de Colombia (@colombia_hist) November 4, 2018
*Uso obligatorio de calzado para quienes querían ir al centro de la ciudad
*Baño cotidiano
Proscribir el uso de alpargatas y ruana Fueron la excusa de la oposición de tildar a Gaitán de dictador y promover su destitución pic.twitter.com/fqavkwqAcC
Pero lo más sorprendente es que justo de ahí viene la historia de los ‘cachacos’, de aquellos bogotanos que estaban más que complacidos con esta ley. Y que se sentían elegantes y distinguidos con sus trajes y gabardinas, reemplazando el café por el té y pensando que las tradiciones colombianas estaban ‘fuera de época’. Esta es la historia detrás de la popular palabra, que la profesora y creadora de contenido ‘La profe Joha’ explicó.
De imitar a los ingleses surgieron los cachacos
A partir de los años veinte y treinta, gracias al proceso de industrialización y modernización en el país, sobre todo Bogotá, empezaron a cambiar algunas tradiciones y patrones culturales. Pero era más marcado en grupos sociales que estaban buscando posicionarse y diferenciarse del resto de los colombianos, como las personas de clase alta y media alta en la capital que querían aparentar tener más dinero.
Gracias a esto trataron de imitar la vestimenta, el comportamiento, costumbres y en general el estilo de vida europeo, en especial el de los ingleses. Esta influencia inició gracias a la participación que empezaron a tener los británicos en el territorio colombinao en el siglo 19. Pues se convirtieron en aliados del proceso independentista y ya tenían fama en siglos pasados de enfrentarse al monopolio español. Además, financiaron los primeros años de vida de la República y afianzaron su relación siendo socios comerciales de Colombia a inicios del siglo 20.
Fue así como los comerciantes colombianos que se relacionaban con los ingleses viajaron a su país junto a sus familias, quedando fascinados con lo que allí encontraron. Pensando que las costumbres colombianas eran un tanto atrasadas y adaptando estas nuevas, incluso poniendo a sus hijos a estudiar allí y transformando su cultura. Resultando en que la clase alta bogotana empezó a hacer cambios muy notorios, cómo reemplazar el chocolate por el té, practicar deportes como el polo, cambiar el traje básico al de corte inglés y sus gabardinas. Incluso viendo como algo malo el uso de la ruana y las alpargatas, allí es donde entra Gaitán con su ley que pretendía ‘ayudar al desarrollo cultural’.
Reunión de vecinos en el barrio Eduardo Santos, barrio que tuvo un buen numero de chicherias, foto de Daniel Rodriguez .... Bogotá a mediados de los 40. pic.twitter.com/DFvpKh0o0a
— Historia Fotográfica de Bogotá y Colombia (@HistoriaFotBog) August 2, 2023
La palabra en inglés que terminó siendo cachaca
Entre toda esta revolución cultural y mezcla de costumbres e identidades, se dice que presuntamente la palabra ‘cachacos’ vendría de la frase ‘Cachet Coat' en inglés, que traduce algo similar a ‘abrigo fino’. Las prendas que justamente los bogotanos de clase alta empezaron a utilizar en aquella época. Lo que se cree es que en algún momento alguna persona que le costaba pronunciar este idioma decidió interpretarlo a su manera, diciéndole ‘cachaco’.
Lo que además cambia por completo la percepción que se tiene de esta palabra, pues aunque en algunas regiones del país la utilizan para hablar de los bogotanos de forma despectiva, en sus orígenes se refería a una persona elegante. Incluso, era muy común que fuese un halago, es decir, ‘te ves muy cachaco’ como ‘te ves muy elegante'. Por eso se dice que los capitalinos son personas más frías, serias y poco efusivas en comparación con el resto de colombianos, pues lo habrían adoptado de los ingleses.
Y aunque a los capitalinos también les dicen rolos y según las creencias que se han pasado por generaciones algunas personas afirman que el 'rolo' es el bogotano hijo de personas que no son de la capital. Por otro lado, el cachaco es el ‘original bogotano’ cuyos familiares como padres y abuelos sí nacieron en Bogotá.
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