Cada vez es más evidente el miedo de la derecha a perder el poder en las próximas elecciones. Los más sucios, los que más tienen que perder son los que se dejan hacer notar el desespero. No proponen nada, únicamente hacen el berrinche de niños chiquitos para exigirle a la gente que no vote por el Pacto Histórico.
Creen que el estado natural de las cosas es su régimen de corrupción e incompetencia. Desde la época de la Conquista, cuando a América llegaron los más bandidos de España a adueñarse de estas tierras, han normalizado el saqueo y la gente simplemente agacha la cabeza.
Los servidores públicos se creen pequeños reyes sentados en sus oficinas detrás de una ventanilla haciéndole perder tiempo y dinero al ciudadano y resolviendo quejas siempre en favor del poderoso.
Pero los tiempos cambian, la información llega a las personas de forma masiva y cada vez hay más gente que es consciente de sus derechos. Que en una democracia el jefe es el pueblo, el ciudadano, no el burócrata inútil y corrupto cuya única virtud es la lambonería que tiene que afinar cada vez que hay elecciones para poder mantener su miserable puesto.
Petro es “el demonio”, Petro es Putin, Petro es borracho, Petro es Chávez, Petro ‘el coco’ que espanta al ciudadano y lo hace guarecerse en las mugrosas enaguas de los partidos tradicionales.
No importa que compren votos, que sean ladrones de tierras, que se roben el presupuesto de la nación, que tengan la mesa patas arriba con el pueblo sirviéndole a los políticos.
Acá se tiene que rogar y perder media vida para que una empresa le venda a precios absurdos energía eléctrica. Estos tienen sumido a un país de enormes riquezas en la pobreza y el atraso.
Si querían mantenerse en el poder por qué más bien no aprovecharon para hacer un buen gobierno, para robar en sus justas proporciones como decía Turbay; lo de menos es la ideología, un buen gobernante puede ser liberal, conservador, comunista fascista, católico, protestante, judío o ateo.
Por qué no convencer a la gente reduciendo el desempleo, construyendo infraestructura, impulsando la economía, poniendo a producir a este país. ¡¡No!!, se dedicaron a saquear y robar hasta no poder, y cuando llegaron elecciones esperan que por sus lindas coronas de caciques electorales la gente les vuelva a comer cuento.
Así fue Europa en épocas feudales, el imperio de la corrupción reinó por 15 siglos en esas tierras. Parecía que su reinado era perpetuo, pero llegó un momento en que la gente se mamó de tanta vagabundería y enderezaron la mesa, los políticos deben ser servidores públicos. No hay mal que dure mil años ni cuerpo que lo resista.
