En los últimos días el golfo de Urabá ha sido noticia internacional por las lamentables circunstancias que han tenido que vivir extranjeros que lo único que buscan es una vida mejor. Todas las autoridades han estado con el ojo puesto en esta situación y esto es de aplaudir.
Sin embargo, es el momento para que piensen en los otros visitantes, en los que no pueden hablar, en los indefensos que llegan hasta nuestras aguas obedeciendo a la naturaleza y no por decisión propia, pues dicen los que saben que la tortuga Caná solo llega a desovar en la misma playa en que nació. Deberíamos sentirnos privilegiados por la sublime visita de una especie en vía de extinción, esto nos debe llevar a contribuir en su preservación.
Hasta aquí, creo que todos los acandileros estarían de acuerdo conmigo; pero no, déjenme decirles que hoy sentí rabia con algunos habitantes de esta comunidad que usan trasmallos que indiscriminadamente matan no solo a estas desdichadas tortugas sino a cientos de seres que también quieren disfrutar de nuestro golfo.
Sentí rabia y decepción porque todos los que hemos transitado por estas aguas durante años, somos conscientes de que ellas llegan en estas fechas, sabemos que hay que tomar medidas para cuidarlas pero no se ha hecho nada.
Señora Lilia Isabel Córdoba Borja, alcaldesa de Acandí, tuve la oportunidad de asistir a la ceremonia de sus primeros cien días de gobierno y le confieso que aplaudí las medidas ejemplares para el cuidado de estos reptiles y las campañas de sensibilización que la comunidad aceptaba sin dudar. ¿Qué ha pasado? ¿Ha estado ocupada con sus visitantes de corbata y se ha olvidado de los indefensos? Ellas atraen el turismo, señora alcaldesa.
En contraste con esto, elogio la labor de un conductor de una embarcación que transitaba entre Capurganá y Acandí (Chocó) que relataba orgulloso que dañó sin piedad el trasmallo de quién sabe quién para salvar la vida de uno de estos animalitos, lástima que no pudo hacer lo mismo para rescatar a las otras 3 tortugas que han aparecido muertas en toda esta costa, según lo relatado por algunos habitantes.
En este momento y a través de esas líneas alzo la voz de protesta y clamo por la vida de la tortuga Caná.