La deforestación y el conflicto han sido dos de los problemas más significativos que han afectado durante décadas al departamento de Caquetá.
Como otras regiones del sur del país, Caquetá ha sido sitio de violencia intensa y degradación ambiental, con ambos problemas que, a menudo, se interceptan y exacerban el uno al otro.
La deforestación es uno de las dificultades ambientales más importantes en Colombia, ya que el país pierde un estimado de 220.000 hectáreas de bosque al año.
Pero en Caquetá, la deforestación ha sido particularmente grave.
Cerca de 75 por ciento de los bosques de la región destruidos en las últimas décadas y ha sido impulsada por una variedad de factores que incluyen la tala ilegal, la ganadería y la expansión de tierras agrícolas.
Sin embargo, la deforestación en el departamento no es solo un problema ambiental. También es un impulsor significativo del conflicto en la región.
La destrucción de los bosques ha llevado al desplazamiento de comunidades indígenas y pequeños agricultores que se han visto obligados a mudarse a nuevas áreas en busca de tierras y recursos. Este desplazamiento ha llevado a tensiones entre diferentes grupos a que, con frecuencia, resultan en violencia.
Adicionalmente, la deforestación también ha contribuido al crecimiento de grupos armados ilegales en la región.
Estos grupos, que a menudo tienen vínculos con el tráfico de drogas, han aprovechado la falta de presencia gubernamental en el área para establecer el control sobre grandes extensiones de tierra. También han estado involucrados en la tala ilegal y venta de madera, contribuyendo aún más a la deforestación en la región.
El Gobierno colombiano ha tomado medidas para abordar tanto los problemas ambientales como los relacionados con el conflicto en el Caquetá. En 2016, firmó un acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), que había sido uno de los principales grupos armados que operaban en la región. El acuerdo incluyó disposiciones para la protección del medioambiente y los derechos de las comunidades indígenas.
Sin embargo, la implementación de estas disposiciones ha sido un desafío, dado que los grupos armados ilegales que aún operan en la región y el Gobierno luchan por establecer presencia en muchas áreas.
Además, los esfuerzos del Gobierno para promover el desarrollo sostenible y medios de vida alternativos para los agricultores y las comunidades indígenas se han visto obstaculizados por la falta de financiamiento.
A pesar de estos desafíos, ha habido algunos desarrollos positivos en el Caquetá. En los últimos años, la conciencia de los problemas ambientales y sociales en la región ha crecido.
En este contexto, las organizaciones de la sociedad civil y las comunidades locales están actuando para proteger el medioambiente y promover el desarrollo sostenible. Además, ha habido esfuerzos para fortalecer la capacidad de las agencias gubernamentales y fomentar una mayor coordinación entre diferentes actores.
La expansión de la ganadería, los cultivos de uso ilícito, entre otros, influyen en la pérdida de la biodiversidad.
Una iniciativa notable es el trabajo de la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Sur de la Amazonía (Corpoamazonia), que tiene como objetivo conservar los bosques y la biodiversidad en la región. La entidad ha trabajado en estrecha colaboración con comunidades lugareñas e indígenas para promover prácticas sostenibles y fomentar la gestión participativa de los recursos naturales.
Otro proyecto destacado es la creación del Consejo Comunitario de Desarrollo de la Amazonía (Cocomad), que tiene como objetivo involucrar a las comunidades locales en el desarrollo sostenible de la región. El Consejo ha llevado a cabo proyectos en áreas como la agroforestería y la pesca sostenible, y ha trabajado en estrecha colaboración con Corpoamazonia y otras organizaciones para promover la conservación de los bosques y la biodiversidad.
A nivel internacional, también ha habido un creciente reconocimiento de los problemas en el Caquetá. Las organizaciones como el Banco Mundial y el Fondo para el Medioambiente Mundial han invertido en proyectos de conservación y desarrollo sostenible en la región.
El abordar estos problemas requerirán esfuerzos sostenidos del Gobierno, la sociedad civil y las comunidades lugareñas, con un enfoque en la promoción del desarrollo sostenible, la protección del medioambiente y la resolución de las causas subyacentes del conflicto.
Publicado originalmente en: Diario Criterio