En el año 2000, Barcelona recibió en sus filas a un niño, que a pesar de sus problemas de crecimiento, tenía un talento excepcional con el balón. El club hizo una apuesta al azar, trajo a Leo sin pensar que se convertiría en el jugador más importante en toda la historia del Barcelona.
Proveniente de Newell’s Old Boy, inició su camino en las inferiores del club dejando muy buenas sensaciones y maravillando a las directivas. En 16 partidos hizo 22 goles, y durante sus 4 años en la cantera logró anotar en 105 ocasiones en 107 encuentros.
Debutó en la filial absoluta del Barça el 16 de noviembre de 2003 en un partido amistoso frente al Porto, y su debut oficial en el Camp Nou fue el 16 de octubre de 2004. Desde ese momento Messi no dejaría de asombrar al mundo con su capacidad futbolística.
Su primer gol lo anotó en un partido frente al Albacete, bañando al portero y poniendo eufórica a toda la afición catalana. 16 años después, Messi marcó en 672 ocasiones y fue importantísimo en los 35 títulos que el equipo español logró desde su debut, entre campeonatos de Liga, Champions League y mundiales de clubes.
Asimismo, el 10 se convirtió en el jugador con más partidos en la historia del club, el máximo goleador y el referente absoluto del equipo blaugrana. Ganó seis balones de oro, y la Masía se convirtió en su hogar predilecto.
Es por eso que le duele tanto a Messi dejar el Barcelona, porque su historia fácilmente se podría comparar con las más bellas obras de amor. Un chico, un club, y el sueño de ser leyenda, eso define la historia del 10 en el club catalan.
Ahora Messi se despide, no como hubiese querido, pero deja una historia magnífica, y unos récords que parecen insuperables. El “mesías” deja Barcelona, y no se sabe a dónde irá, lo que sí se sabe es que seguirá enamorando con su fútbol, su gambeta y su talento.
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