Las elecciones democráticas son un pilar fundamental de cualquier sociedad. En la actualidad muchos países están explorando y adoptando sistemas electorales electrónicos para modernizar y optimizar sus procesos electorales.
Colombia, con su historia de fraudes electorales y altos niveles de abstención, es un ejemplo revelador de cómo la implementación de estos sistemas puede aportar beneficios significativos a la democracia. Si en la mesa a los votantes se les comprueba la identidad con las bases de datos del registro biométrico, ¿por qué se sigue un proceso manual?
Colombia, como muchas otras naciones, ha enfrentado desafíos en sus procesos electorales, incluyendo todo tipo de delitos electorales y poca participación ciudadana. La transición hacia sistemas electorales electrónicos ha demostrado ser un paso crucial para abordar estas cuestiones.
Al parecer, el actual sistema está diseñado para la tramoya con tantos intermediarios en la cadena de custodia desde que el elector se acerca a cumplir su deber ciudadano. En la Colombia profunda es común encontrar jurados de mesas de votación que llenan tarjetas al interés de los políticos más influyentes.
Los sistemas electorales electrónicos proporcionan una capa adicional de seguridad y transparencia al proceso electoral. La automatización del proceso de votación y conteo reduce significativamente las oportunidades de fraude, como la suplantación de votantes, la manipulación de urnas y el robo de votos.
Además, permite una fácil auditoría, lo que hace más difícil ocultar cualquier irregularidad. En pleno siglo XXI, si los ciudadanos hacen transferencias bancarias desde su teléfono móvil con su huella digital para entrar al sistema bancario con una confiabilidad del 100%, cómo no depositar un voto por un candidato de su preferencia.
En Colombia la abstención electoral ha sido un problema persistente. La implementación de sistemas electorales electrónicos puede hacer que el proceso de votación sea más accesible y conveniente para los ciudadanos.
La posibilidad de votar en línea o en centros de votación electrónicos puede atraer a más votantes, especialmente a los jóvenes y aquellos que enfrentan desafíos de movilidad. Si mejoramos la conectividad en el país se podría votar en línea desde todos los rincones, mejorando tanto los costos del Estado en los procesos electorales, como los costos de movilización y transporte para los electores y candidatos.
Una de las ventajas más notables de los sistemas electorales electrónicos es la velocidad en la divulgación de resultados. Estos se generan automáticamente y se pueden publicar en tiempo real, lo que reduce la incertidumbre y fortalece la confianza en el proceso electoral.
La seguridad es una preocupación importante en cualquier sistema electoral. Los sistemas electrónicos pueden implementar medidas sólidas de ciberseguridad para proteger los datos y garantizar la integridad del proceso. Además, los registros electrónicos permiten una auditoría eficiente y precisa, lo que facilita la detección de cualquier intento de manipulación.
La transición a sistemas electorales electrónicos reduce la necesidad de utilizar grandes cantidades de papel, lo que tiene un impacto positivo en el medio ambiente. La destrucción de una cantidad inmensa de tarjetones no usados al final del proceso se vuelve innecesario, contribuyendo a la sostenibilidad.
En procesos electorales con alta abstención hay grandes desperdicios de recursos. En las pasadas elecciones la abstención para la alcaldía de Riohacha y la gobernación de La Guajira alcanzó el 40% y el 60%, en ese orden. Eso nos da una idea de la cantidad de recursos del Estado que se malgastan.
La experiencia de Colombia destaca la necesidad, la importancia y las ventajas de la implementación de sistemas electorales electrónicos. Estos no solo ayudan a abordar problemas históricos de fraude y abstención, sino que también mejoran la eficiencia, la transparencia y la confiabilidad de las elecciones.
Es crucial que cualquier transición se realice de manera segura y transparente, garantizando la integridad del proceso electoral y la confianza de los ciudadanos. La modernización de los sistemas electorales es un paso importante hacia elecciones más justas y representativas en Colombia y el mundo.