En agosto de 2010 inicié el periplo como docente del programa Arquitectura de la Universidad del Pacífico, universidad de donde me gradué.
Acababa de llegar de España, de intentar terminar un máster en Planificación Territorial y por supuesto, de vivir enfocado siempre en la arquitectura. Al llegar de nuevo a esta institución, en las mismas aulas, pero en otro contexto, entendí los cambios que ella generó en mí y cómo estos se fueron irradiando en la sociedad a la cual sirvo.
Los primeros meses como docente fueron duros, un poco complejos y supongo que así debe ser, ya que entender de nuevo y adatarme a la región en donde me inserto, tiende a ser complejo.
Las personas a las cuales sirve la Universidad del Pacifico en su mayoría son originarias de la ciudad de Buenaventura, en el chocó biogeográfico, región donde están dos de las zonas más lluviosas del mundo, y a su vez, es la región del país que según censo poblacional del Departamento Nacional de Estadísticas[1] -DANE- 2018.
No obstante, solo el 61% de la población tiene servicio de alcantarillado, frente al 90.9% del departamento (provincia) del Valle del Cauca; además, de que el 73.2% de la población, tiene servicio de acueducto en una media de cuatro horas diarias discontinuas, según expresa el informe de calidad de vida, encuesta de percepción ciudadana, del segundo semestre del año 2023, elaborado por Buenaventura Cómo Vamos.
Lo paradójico, acorde a este informe, es que en la zona rural de Buenaventura se posan dos embalses, generadores de energía eléctrica; la hidroeléctrica de Anchicayá, con una capacidad instalada de 429MW y la hidroeléctrica de Calima, con una capacidad instalada de 132MW.
Empero, el rango de índices de desarrollo humado de la ciudad se encuentra por debajo de la media nacional, por ejemplo, según DANE 2018, el analfabetismo en el municipio se encuentra en el 14.1%, frente, al 5.24% del país; el desempleo de larga duración en Buenaventura está en el 43.5%, frente11.4% del país.
Sin infraestructura escolar adecuada, con altas tasas de alfabetismo y un 10.3% de Necesidades Básicas Insatisfechas -NBI- la ciudad se ha desarrollado a través de la construcción de sentamientos espontáneos, con poca planificación, más allá del que se da en torno al desarrollo portuario y con una casi absoluta flexibilización del espacio al momento de construir.
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El escenario urbano descrito, es el que nos brinda la ciudad para recibir a los alumnos, a los jóvenes que hacen parte de la Universidad del Pacífico, en especial del programa arquitectura; aunque Buenaventura es considerada el polo económico y administrativo del litoral pacifico colombiano, la ciudad cuyo carácter se enfoca en la prestación de servicios más cercana es Santiago de Cali; la cual se encuentra a 105 kilómetros de distancia o, a 2 ½ horas de recorrido en automóvil.
El escenario descrito, diría yo, no es el mejor para guiar a un alumno en el proceso de convertirse en arquitecto. Buenaventura, es una ciudad sin muchos referentes arquitectónicos o urbanos acorde a la concepción teórica occidental; los pocos referentes que tenemos hacen honor a la entrada del ferrocarril al país, y a un par de edificaciones que toman elementos propios del movimiento moderno, si se desea observar más, se debe salir del municipio porque la ciudad se ha construido y desarrollado sin establecer paradigmas, academia o referentes.
Frente a esta belleza eclíptica y en ocasiones difusa, que nos brinda esta ciudad, la vida en ella tiende a vivirse de forma casi inercial y ello, toca a los jóvenes, también los cobija las casi omnipresentes guerras entre bandas, propias de los países latinoamericanos, enmarcadas por las difusas fronteras invisibles las cuales limitan el movimiento al interior de la ciudad y crean sesgos, además de guetos en ocasiones inconcebibles; sin embargo; ¿A alguien le corresponde hacer el trabajo? si, este trabajo, nos corresponde hacerlo a nosotros.
La caracterización expuesta, ejemplifica el contexto en que llegan los jóvenes al programa de Arquitectura de la Universidad del Pacífico, y ese contexto se ve reflejado en su forma de tratar, de tratarse, de vestir, de andar, de leer la ciudad y por supuesto, se ve reflejado en su forma de pensar; en creer y sostener, que a la vida hay que arrebatarle prácticamente todo.
Nuestro trabajo con estos alumnos en la academia inicia con los cursos de taller de diseño I y II, los cuales, tienen entre otras como función en buena medida implementar en los alumnos nuevas formas de ver, de entender, de sentir, de hacernos entender que a través del diseño y la instrumentación técnica, existen otras maneras de acercarse a la vida y, que ellos logren observar en la academia el refugio que la ciudad no brinda.
Los primeros semestres, en especial hasta el tercero, se pueden considerar traumáticos, tanto para docentes, sobre la cual me atrevo a decir que la experiencia no mengua la expectativa; cómo, para los alumnos que llegan. Ser primíparo en una institución universitaria, en un contexto como el nuestro, no debe ser fácil; y ser docente de los primeros, tampoco lo es; lo sé.
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Llegar a primer semestre, es encontrarse en buena medida con personas fracturadas social y mentalmente, que no tienden a entender de manera afable la exposición de una buena voluntad o de amabilidad; ahí, nos toca a los docentes generar en el marco de los talleres de trabajo, espacios de confianza, y este trabajo se inicia desde la iniciación y desarrollo de un nuevo léxico para los jóvenes, que este sea técnico, adecuado al lugar en donde nos encontramos.
Para logar ello, modificamos el lenguaje con que se llega a la institución, el lenguaje tiende acercarlos a una forma de pensar diversa, distinta y a su vez, paralela a la ciudad en que se vive; el acercamiento al lenguaje tiende a ser, un acercamiento al interior del ser, lo que nos permite explorar en otras formas de acercamiento a los estudiantes que tienden a ser mucho más amplias en su espectro, acercarlos al jazz, o a la música clásica y a su vez expresarles que ese es el origen de la música que escuchan hoy genera curiosidad, y esta, nos permite evolucionar a la pintura, presentándoles obras de cubismo y a partir de ellas, desarrollar elementos espacialmente compositivos en la cuál, la figura humana, entra solo como referencia de escala y al contrario de lo expresado por Louis Sullivan, para este caso, la función sigue a la forma.
Dentro de las formas de relacionarnos con los estudiantes, se encuentra el hecho de que poco más del 50% del cuerpo docente del programa de arquitectura, es egresado de este, ello, equivale a decir, que algunos de nosotros vivimos o estuvimos cerca de las situaciones que hoy enfrentan nuestros estudiantes, tanto en el aula, como en la ciudad, por consiguiente, nosotros nos convertimos en el espejo de evolución social, económica y personal de ellos.
Este espejo, en una sociedad (ciudad) que venera el inmediatismo, nos lleva a generar con ellos de manera consciente, en ellos, procesos de planificación y proyección de vida a 10 o 15 años; al escuchar de estos la respuesta a la pregunta ¿cómo se ve usted en __?
Es interesante que la Universidad termina siendo el espacio para erradicar el modelo de la vida rápida; en este marco, cuando el joven entiende la importancia del lenguaje, lo que escucha, de lo que ve, del desarrollo de la iconografía; entonces, ahí, los docentes, podemos decir que nos centramos en el desarrollo de los elementos formales, y este desarrollo inicia a partir del IV semestre, con el diseño de una vivienda de temática libre.
Ese desarrollo de los elementos formales en los procesos de diseño, los establecemos a partir de referentes, la ciudad no tiene muchos; por consiguiente, se ha establecido que en el primer ciclo académico, el alumno, en compañía de sus docentes, debe salir de la ciudad a realizar una salidas académicas; aquí, empezamos a ver, palpar y sentir la arquitectura, empezamos a mostrarle a los estudiantes un mundo distinto; empezamos a decirle que la arquitectura se elabora más allá de lo que vemos en nuestro entorno, la cuál es una ciudad gris – inconclusa; pero también, que la ciudad se desarrolla a partir de morfologías urbanas planificadas y proyectadas.
Estas visitas en ocasiones, terminan volviéndose un choque espacial y de conciencia para los jóvenes. Y ese choque de conciencia se da, porque se logra entender que existe la posibilidad de relacionarse de manera igual con otros, que los limites en la ciudad se pierden en el espacio público (Buenaventura tiene 0.45m2 de espacio público por habitante) ello elimina el fantasma de los niveles y jerarquías sociales, ese elemento es importante en los procesos de diseño.
El proceso de diseño para nosotros como docentes en el programa de Arquitectura de la Universidad del Pacífico no se da solamente en guiar al joven o en establecer fórmulas para que diseñe, o en desarrollar elementos para que la función sea acorde a la forma; hacernos entender, como lo expresó Platón que “la belleza es una cualidad que refleja la perfección y la armonía de la realidad” es de vital importancia en una ciudad con una belleza eclíptica y a su vez, entender esa otra belleza, la propia, que nos permite desarrollar en el ejercicio nuevas formas de pensamiento ordenando, la armonía de la realidad existente a través de procesos de proyección que los sitúen a ellos en donde quieren estar, en un periodo determinado.
Para nosotros, los procesos de diseño extrapolan el aula de clase; estos procesos se dan, desde el entendimiento de las personas, y del entendimiento de los factores endógenos. Los elementos teóricos que rigen la arquitectura, nos sirven para que los estudiantes terminen descubriendo el mundo y caminando hacia un mundo exterior infinito, que, al entrar a la institución no estaba al alcance de su mano.
[1] El Departamento Administrativo Nacional de Estadística -DANE- es la entidad responsable de la planeación, levantamiento, procesamiento, análisis y difusión De las estadísticas oficiales de Colombia. Perteneciente a la Rama Ejecutiva del Estado Colombiano, con más de 50 años de experiencia.
*Arquitecto - docente de la Universidad del Pacífico. Mg. en Planificación Territorial y Gestión Ambiental