Este tema me llevo a pensar si yo soy realmente un estúpido y si pertenezco a ese colectivo; razón por la cual empecé a documentarme, aún más profundamente, sobre el concepto, sus contenidos y las relaciones con sus contextos.
En el paso por varios escritos, documentos, YouTube, experiencia, reforzo mi inquietud con el escrito del señor Alfredo Rangel Suárez (centro democrático). Su escrito fue publicado en El Tiempo del 11 de abril de 2024, titulado “Estupidez Colectiva”, que me parece muy paradójico su escrito y espero que así lo perciban ustedes. No sé si el escrito, su contenido, es estúpido o es estúpido quien lo escribe. Aquí sería muy certero, para encontrar la verdad, aplicar la lógica proposicional o lógica de enunciados.
Antecediéndome a las conclusiones se puede decir que “Los politiqueros desde la química, actúan como unos reactivos; buscan una descomposición del alter ego y su comportamiento”.
Por otro lado, continuando con lo anterior, existe el libro titulado “La estupidez colectiva: Por qué usted tuvo esa idea primero y no es millonario” de Julián Torres Gómez. Él ve y describe la estupidez como una enfermedad. Y, Diego Ruzzarin, afirma que estas generaciones son más estúpidas que las anteriores y esto esta condicionado a las redes sociales y sus contenidos superficiales.
No olvidemos que la enfermedad, como patología, afecta el funcionamiento del cuerpo en lo físico, en lo psicológico (emocional y cognitivo) y en lo social, destruyendo las interacciones sociales.
Reitero, no olvidemos que las enfermedades, en general y para este caso la estupidez, no desaparecen en razón a que existen los reservorios (hábitat) politiqueros, donde, por analogía, en esos espacios se encuentran los agentes patógenos (virus, bacterias, parásitos). Estos señores son los que se encargan de su perpetuación, propagación y materialización de la estupidez, mediante prácticas, entre otras muchas la desinformación, para que su infección no desaparezca.
Recordemos que los espacios sociales, que ellos construyen, les sirven como catalizadores para que la enfermedad de la estupidez perdure. Estas condiciones, propicias, para su propagación son: la falta de acceso a la educación, los conocimientos, las condiciones económicas, la información, se le suma la pobreza, los desplazamientos, la represión a las manifestaciones, engaño, masificación y manipulación del sentimiento social, a través de los medios de comunicación, etc. En síntesis, un contexto tóxico, desfavorable, limita o condiciona el pensamiento racional y el emocional.
Estos contornos, contextos político-sociales, son el caldo de cultivo para que nos engañen fácilmente.
Centrándonos en el tema, la estupidez debe ser entendida como la falta de análisis, razonamiento, comprensión y juicio de nuestro entorno; factores que nos lleva a tomar decisiones o comportamientos, carentes de lógica, sensatez, sin sustentación real (irracionales), sin conocimiento de los hechos, sucesos, acontecimientos. Es decir, sin existencia de información valida (objetiva, verdadera) y confiable (sin errores, consistente). Recomiendo leer las2orillas: “todo el mundo cree que critica, pero de esto se trata”
La estupidez tiene dos (2) perspectivas o miradas, una psicológica y la otra sociológica. La psicológica se puede decir, que es una sumatoria entre lo cognitivo, emocional y su entorno educativo.
Las personas que toman decisiones inadecuadas debido al mal procesamiento de la información y a su vez descontextualizada; son dueños de sus sesgos de confirmación, sobreestiman sus habilidades sin evidencias reales. Esto, también, es conocido como el efecto Dunning-Kruger, sesgo cognitivo, donde las personas subestiman sus habilidades. No está muy lejos de la “desesperanza aprendida”, debido a que la persona no puede tener control sobre sus decisiones, esfuerzos y control de su vida.
A esta altura es muy importante, hacer un miramiento sobre las emociones y su intensidad (miedo, ira, venganza, odios, celos, envidia), como de sus impulsos o reacciones, elementos que condicionan, manipulan los juicios y los comportamientos racionales.
Este contagio mental, dado a conocer por Gustavo Le Bon, en el libro de psicología de las masas de Sigmund Freud, no es mas que la influencia colectiva, por encima de la individual, donde prevalece el interés colectivo sobre el individual.
Fortaleciendo lo anterior, las personas en una masa pierden el sentido crítico y su racionalidad, tornándose más emocional y primitivo. Las diferencias individuales desaparecen, se difuminan, llevando a que los actos colectivos sean homogéneos, orientados por las expectativas, normas y emociones dominantes del grupo.
La falta de conocimiento, en última instancia de educación, elementos que para algunas sociedades son muy importantes, ustedes sabrán el por qué, alimentan la ignorancia de temas, su entorno, etc. reforzando creencias erróneas y llevando a que se tomen decisiones inapropiadas y llenas de las emociones que se dieron a conocer más arriba.
Otra de las disciplinas de las ciencias sociales, además de la psicología, llamada sociología, nos lleva a observar su interacción con la estupidez. La sociología es un campo de estudio que examina cómo las dinámicas sociales, culturales y estructurales (contexto) influyen en el comportamiento humano y la percepción de lo que se considera "estúpido". Me acuerdo que mi abuela nos decía y mi madre lo confirmaba: “Donde fueres, haz lo que vieres” (Ambrosio de Milán).
En consecuencia, existen factores sociales que contribuyen o son caldo de cultivo para la estupidez. Dentro de estos factores encontramos, ya lo habíamos dicho, la educación. La falta de acceso a los conocimientos, habilidades, contribuyen a la perpetuación de la ignorancia y la falta de pensamiento crítico. La clave no está en la cantidad de la información sino en la calidad, elemento importantísimo para determinar cómo se enseña a pensar. La filosofía es muy importante en la educación.
Sigamos sumando elementos patógenos desde la sociología, como son los medios de Comunicación, que se encargan de dispersar la desinformación y las noticias falsas (Fake News), fortaleciéndolas con sensacionalismos (ideas sin fundamentos y fuera de contexto), se propaga más rápidamente que el COVIC-19, alimentando y nutriendo a las masas con la estupidez, que una vez adquirida por cada una de las personas de la sociedad se convierte en colectiva.
Es importante resaltar que la presión social, donde el poder, mediante el cual se crea las condiciones de producción del conocimiento (impone la verdad) o vista desde la persona que quiere ser aceptada en un grupo, las conlleva, por su conformidad, a adoptar las creencias o comportamientos que no son racionales, simplemente con el fin de ajustarse al grupo. Su locus de control es más externo que interno.
A esta altura surge la pregunta: ¿Cuáles son las consecuencias sociales de la estupidez colectiva?
Lo primero que se puede decir es que la estupidez colectiva puede causar muchos efectos emocionales, como la ira, rabia, odios, graves enojos; daño de la imagen del otro, generando como resultado las divisiones entre grupos sociales y fomentando conflictos. Y estos conflictos son más de orden de posiciones y no de intereses. Se crean grupos antagónicos y no grupos de contrarios
Por otro lado, si la estupidez, como herramienta, es utilizada por los lideres (para instrumentalizar), esta les permite de manera muy fácil manipular las masas, aprovechando el miedo y la desinformación introducida en la mente de cada uno de ellos. Recordemos que muchas decisiones políticas, son conocidas por las masas, con desconocimiento de las verdaderas demandas y beneficios incorporados dentro de ellas.
Otra consecuencia de la estupidez, es que puede generar perdida de la autoestima, depresión, paranoia social, anomía, etc. La estupidez, es el rompimiento de las relaciones interpersonales. Aquí entra en juego, para tener un mejor tejido social, los mecanismos alternativos de solución de conflictos (MASC)
Culturalmente la estupidez colectiva puede perpetuar mitos y creencias infundadas en nuestra sociedad.
Ahora aparece la otra pregunta: ¿Cómo podemos combatir, qué vacuna debemos crear, para disminuir, eliminar, o extinguir la estupidez social, colectiva?
Por lógica se deduce muy rápidamente y es a través de fomentar la educación crítica, facilitando el acceso a la información veraz y de calidad para todos, sin discriminación, fomentar los verdaderos diálogos, conversaciones abiertas que permitan a las personas cuestionar sus propias creencias y las de los demás.
En lo referente a la información es de vital importancia que nosotros como ciudadanos, elaboremos una visión comparativa de esos datos, registros, ideas, políticas, visiones, etc., para tomar nuestras propias decisiones y no dejarnos engañar por simples apariencias o falsas ideologías. Recordemos que los problemas y las necesidades sociales no tienen color político, hambre es hambre, ignorancia es ignorancia, etc.
La reflexión final es y sin olvidar a Gustavo Le Bon, es que el alma colectiva, nos lleva a pensar, sentir y obrar de una manera completamente diferente a la que tomaríamos individualmente. Ese sentimiento colectivo, permite acceder a instintos o deseos que, como individuo aislado, negaría o frenaría forzosamente, eliminando el sentimiento de responsabilidad. Se le suma que, dentro de una multitud, los sentimientos son un germen de contagio, que nos lleva a sacrificar el interés individual por el interés colectivo. En consecuencia, la personalidad consciente, la voluntad, el conocimiento, su análisis y juicio, como discernimiento quedan abolidos.
En conclusión, si queremos acabar la estupidez colectiva, porque es allí donde se da, debemos crear en las masas las características que se tiene individualmente, como es su conciencia, documentación con información valida y confiable, reflexión, crítica, tradiciones, costumbres y no dejarse arrastrar por un falso líder como un borrego.
Les recomiendo a manera de complementación, la lectura de los siguientes artículos en las2orillas: ¿Estas son las ideas y conocimientos con las que argumentamos nuestra realidad social?, “El poder de la palabra”, “El problema de hallar la verdad en tiempos de posverdad ¿A quién le creemos?”, “Petro es real: una fantasía”, “Así funciona: todo lo que los medios de comunicación hacen con el cerebro de las masas”, “Razones, usos y formas del miedo: Nuestro talón de Aquiles”. “La quinta pata de los diálogos regionales y otras reuniones masivas”, “Corrupto: ¿el que propone o el que acepta”.