La Semana Santa solía ser una celebración religiosa masiva, un momento central del cristianismo con iglesias llenas. La devoción y el respeto por los cultos y las ceremonias estaban presente con el viacrucis, el sermón de las 7 palabras del Viernes Santo que era trasmitido incluso por las emisoras radiales y eran días de recogimiento y oración en las familias, pero también en los templos. Los sacerdotes católicos convocaban y eran guías y referentes de la gente en lo espiritual y en sus vidas personales. Mucho de esto se ha perdido.
En contraste aumentan las iglesias protestantes con pastores anclados en lo material, con música estruendosa, decididos a resolver problemas de la gente, casi que prosaica. Una ola con mucha influencia de Estados Unidos y sus prácticas religiosas masivas que conectan lo religioso con lo material. Como si la modernidad llegara vestida de protestantismo y la visión católica se fuera quedando un tanto obsoleta.
¿Qué está pasando?
Ana María Bidegaín es una estudiosa de los temas de la iglesia, de su historia y de las particularidades de la iglesia latinoamericana. Ha sido profesora de la Universidad Nacional y actualmente enseña en la Universidad internacional de la Florida. Desde allá conversa con Juan Manuel Ospina.
Juan Manuel Ospina: Vivimos indudablemente un gran cambio Ana María. Individualismo, ideas liberales. Como si a pesar de las reformas, el Concilio Vaticano II, los intentos de la iglesia por acercase a la gente no hubieran funcionado, no marcharan. La iglesia católica está siendo un tanto cuestionada, no digamos acorralada, y lo cierto es que ha ido perdiendo un terreno importante.
Ana María Bidegaín: Es un proceso que viene de atrás. Hay una gran diversidad religiosa no solamente con el desarrollo de las iglesias evangélicas y la transformación interna del protestantismo. Ha crecido el tema de la desafección religiosa. Se aceptan ciertos valores, pero se separan de la religión.
Así empieza este diálogo que recorre distintos temas, a veces de manera erudita pero que muestran cual ha sido esa historia que ha desembocado en la situación actual en la que nos encontramos. Un país como Colombia de gran tradición católica que ya no encuentra en la Iglesia y los sacerdotes los guías espirituales que necesitan para la vida diaria.
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