En una reciente columna del escritor y pensador Mario Mendoza, publicada en el diario capitalino El Tiempo y titulada “La era de la gazmoñería” del 21 de octubre de 2023 anuncia su retiro de las redes sociales y del periodismo de opinión.
Las razones son varias y de gran peso humanístico e intelectual, expresa que las hordas derechizadas e izquierdizadas están intoxicadas de ideología y en consecuencia se encuentran incapacitadas para realizar un ejercicio de análisis intelectual pues, “Todo funciona en blanco y negro, en buenos y malos, en los que están a favor o en contra. Es un mundo maniqueo, sin grises ni matices, de seres que no tienen ideas, sino creencias. Los que no están conmigo están contra mí”.
Y en verdad, así funcionan los cerebros de los adoctrinados en alguna de las ideologías predominantes o de moda. No hay lugar para la duda, la inquietud, la investigación o tan solo para el hecho de disentir. Te meten de bulto en una disciplina de partido absurda y te convierten en un zombi ideológico al cual se le adoctrina maquinalmente para repetir las consignas del partido.
Más adelante Mario Mendoza denuncia que “Si te pronuncias acerca de algún político de la derecha, y lo cuestionas, de inmediato sus seguidores agarran sus lanzas y sus cuchillos, y salen a las redes a ajusticiarte: eres un izquierdoso peligroso, un rojo, un terrorista incendiario que debería estar en la cárcel”.
Así nos ha ocurrido, se nos ha perseguido por denunciar actos de abuso de poder o de corrupción. La derecha no perdona, acecha, arrincona, mutila e intimida. Pero, asevera el columnista que “Si llegas a criticar a algún político de la izquierda, entonces descubres que no solo era un político, sino un gurú, un iluminado, y sus acólitos se lanzarán en las redes en contra tuya y te tildarán de facho, autoritario y tiránico”.
Igualmente, acechan, arrinconan, mutilan e intimidan. Facciones aparentemente irreconciliables, pero idénticas en sus formas de amedrentar a periodistas y comunicadores que analizan y exponen ante la opinión publica los desmanes y desordenes de sus lideres.
Mario Mendoza va más allá de las simples apreciaciones y asevera que estamos atravesando por una neoinquisición política e intelectual ya que “las redes sociales se convirtieron en un movimiento parapolicial de justicia privada. Basta un escándalo, sea el que sea, para no solo desprestigiar al otro, sino ajusticiarlo, llevarlo a la hoguera y quemarlo vivo. La red es un movimiento medieval de inquisidores en busca de carne para chamuscar”.
Y prosigue: “El segundo paso es montar un caso (aquí siempre hay un director de orquesta bastante siniestro, un inquisidor ansioso de sangre), y llamar al público para que presencie el espectáculo. Luego viene un intermedio (este paso es importante) en el que se le da a la hechicera o hechicero la posibilidad de pedir perdón, de retractarse y de regresar al redil convertido en un buen cristiano. En la Edad Media este intermezzo era la posibilidad de no ir al infierno. Y finalmente se prende fuego y un sinnúmero de frenéticos se excitan con la bruja o el brujo ardiendo entre las llamas virtuales”.
En Pasto estamos atravesando por una situación bastante similar a la que retrata Mario Mendoza. Bastó que los periodistas de Pagina10.com expongamos una serie de documentos sobre presuntos hechos de corrupción del candidato de la izquierda para que se encendieran los hornos crematorios, se prendan las teas de la inquisición y se amenace a quienes osamos solicitar un poco de cordura en medio de tanto fanatismo.
Hechos que se demostraron documentalmente y se expusieron claramente a la opinión pública en aras de convocar a un análisis serio y juicioso que permita una toma de decisiones sustentada en la esencia de la democracia. El director de orquesta calla y sus escuderos azuzan e incitan el fanatismo de sus seguidores. Así se hace y se vive la democracia en nuestra región, a punta de censuras y en medio de miedos y agresiones.
Quieren carne chamuscada en sus hogueras, atentar contra lo más sagrado de nuestra democracia como lo es la libertad de información, de opinión y expresión. Una izquierda fanatizada y convertida en aquello que pretenden combatir y superar; acallan siniestramente a quienes no piensan como ellos y se atreven a mostrar la llaga de un cuerpo corrupto y maloliente.
Nos ha correspondido realizar la respectiva denuncia ante autoridad competente, solicitar protección por ejercer un periodismo que consideramos serio y fundamentado, sustentado en información veraz y de acuerdo al profesionalismo que siempre nos ha caracterizado. No me queda duda que estamos ante una horda desenfrenada que nada quiere ver, oír, ni entender, seres adoctrinados en proclamas obsoletas y en conceptos ya superados.
Quien hostiga al periodismo independiente es un verdadero criminal que merece el reproche público. Por supuesto que no nos intimidarán ni nos obligarán a retractarnos por hechos que documentamos y analizamos y expusimos ante la opinión pública.
Solicitamos a las autoridades competentes iniciar las investigaciones del caso y defender la democracia en uno de sus pilares fundamentales: LA LIBERTAD DE INFORMACIÓN.
Bien lo sustenta Mario Mendoza y puede aplicarse a las amenazas y a la persecución que estamos viviendo los periodistas de Pagina10.com: “montar un caso (aquí siempre hay un director de orquesta bastante siniestro, un inquisidor ansioso de sangre), y llamar al público para que presencie el espectáculo. Luego viene un intermedio (este paso es importante) en el que se le da a la hechicera o hechicero la posibilidad de pedir perdón, de retractarse y de regresar al redil convertido en un buen cristiano. En la Edad Media este intermezzo era la posibilidad de no ir al infierno. Y finalmente se prende fuego y un sinnúmero de frenéticos se excitan con la bruja o el brujo ardiendo entre las llamas virtuales”.
La hoguera está encendida, el brujo mayor calla y los pérfidos inquisidores ofician de santos y santurrones. A pesar de todo, a pesar del odio y la amenaza de muerte y expulsión de un redil fanatizado y frenético seguimos insistiendo en que sin libertad de prensa la democracia es un simple hito de papel. Añoran el olor de carne chamuscada…