El único propósito que tiene la cuarentena es que los gobiernos preparen los sistemas de salud para el pico de la pandemia por COVID-19. Sin embargo, en Colombia ya vamos para tres meses de cuarentena y las UCI en el país siguen siendo insuficientes.
Al incio de esta situación, el presidente, en su ya poco interesante programa matutino, se ufanó de los planes del gobierno para el sector salud, anunciando billones para pagos a hospitales y para la compra de todo lo necesario para nuestro fracasado sistema de salud.
En Bogotá, la situación es cada vez mas compleja en los hospitales públicos. La alcaldesa Claudia López asegura que la demora en la ampliación de las UCI obedece a la falta de ventiladores: los proveedores contratados por el gobierno (extranjeros) no los han entregado. Además, menciona que si se llega a una ocupación del 70%, Bogotá tendrá que volver a cuarentena total porque no contamos con capacidad para atender el pico de contagios.
No obstante, el panorama pudo haber sido distinto. De hecho, incluso en estos momentos podríamos estar con menos restricciones y una capacidad UCI amplia: el 12 de abril, la Universidad de la Sabana anunció que en asocio con Indumil empezarían la preproducción de los ventiladores necesarios para ampliar las camas UCI en el país, cuyo costo rondaría los 2.000 dólares (valor menor si se compara con los importados, que pueden llegar a costar en tiempos como este hasta 50.000 dólares).
Entonces, la pregunta del millón es: ¿por qué el gobierno no apoyó la producción local y a un menor precio de los ventiladores mecánicos, en vez de importarlos y enfrentarse a una demora indefinida que nos puede condenar a una cuarentena ya no sopotable por nadie?
Claramente, el sistema de salud colombiano aún no se encuentra preparado para atender el pico de contagios. Para la muestra, de los 2500 ventiladores comprados en el extranjero por el gobierno, que debieron llegar entre mayo y junio, solo habían arribado 91 al 28 de este mes.
La única manera de acelerar el levantamiento de las restricciones y enfrentar con toda capacidad el pico de contagios (como sucederá con o sin cuarentena) es teniendo suficientes camas UCI con sus respectivos ventiladores, pero, en tiempos de otro drama (como el de desempleo, 19,8% en abril), el gobierno prefirió importar que dar su apoyo a la industria local, como sí lo hicieron otros países de la región.
Si el gobierno hubiera destinado esos recursos para producir en Indumil y en la Universidad de la Sabana estos ventiladores habría ahorrado miles de millones de pesos, además habría generado empleo y hecho más corta nuestra cuarentena. Eso sin contar con que muy seguramente se habrían exportado estos ventiladores tan altamente demandados en el mundo.