En horas de la tarde del día de ayer, los periodistas Julián Martínez y Gonzalo Guillén hicieron pública una investigación que demostraba, por medio de un documento, que Marta Lucía Ramírez pagó en 1997 una fianza por $150.000 dólares para sacar a su hermano de la cárcel tras ser condenado por tráfico de heroína.
Esto levantó ampolla en los diferentes sectores políticos. Por un lado, la oposición rechazó completamente el acto y reprochó el doble rasero de Ramírez. Por otro, el presidente Duque y el senador Uribe salieron a defenderla a capa y espada, resaltando que la hoja de vida de esta política es impecable y que siempre ha trabajado en pro de los colombianos.
Esto en resumidas cuentas fue lo que pasó el día de ayer, pero hubo algo que resaltó más.
En plenaria, al enterarse de del escándalo, el senador Petro hizo un comentario exigiendo la renuncia de la vicepresidenta. Esto al parecer tuvo más repercusión que el mismo escándalo familiar de Ramírez. Los medios de comunicación le hicieron bombo a este hecho y dejaron de lado la investigación que los dos periodistas ya habían publicado.
Y eso no es todo, hoy Colombia amaneció con la tendencia #PetroRenuncie en Twitter, esto debido al comentario que el senador hizo ayer. A uno no le cabe en la cabeza cómo se pueden desviar tan fácilmente los temas en Colombia. De verdad, la ignorancia y el desinterés de los colombianos está llegando a niveles exorbitantes y los medios de comunicación tradicionales están auspiciando esto. Vuelvo y lo digo, el escándalo no fue que la vicepresidenta haya sacado de la cárcel a su hermano acusado de narcotráfico, sino que Petro le pidió que renunciara a su cargo.
A Marta Lucía Ramírez parece que cada día más se le cae el teatro de ser una buena ciudadana, esto se hace evidente por el doble rasero que maneja de puertas para adentro con sus negocios y vida privada. Son tantas las controversias que rodean su intimidad que ya parece no tener credibilidad: su familia es acusada de tener nexos con Memo Fantasma; la campaña presidencial de la que hizo parte es señalada de recibir dineros del Ñeñe Hernández; y ahora remata con que en sus años mozos sacó de la cárcel a su hermano condenado por narcotráfico. A propósito de esto, Vorágine publicó un perfil periodístico titulado ¿Atenidos? Los 17 años de Marta Lucia Ramírez viviendo del Estado, donde se hace un recorrido por la camaleónica vida política de la hoy vicepresidenta de Colombia.
En fin, lo irónico de todo esto es la postura que ha tenido Ramírez frente al tema del narcotráfico. Una serie de tuits recopilados así lo demuestra:
Los medios de comunicación cómplices de encubrir esto, tratan de vendernos que este caso es una “tragedia familiar”. No se pueden tomar como propias las acciones de un familiar, de eso no hay duda, pero tampoco de que esto se tenía que haber sabido desde hace mucho tiempo, porque se trata de una servidora pública, la cual se supone que es trasparente con todos sus actos.
Nos habían llenado la cabeza de ideas que decían que supuestamente ella odiaba el narcotráfico, pero si eso fuera real, ¿por qué no dejó que su hermano pagara la condena y cogiera escarmiento? La alcahuetería pudo más y pagó una millonaria suma para que quedara en libertad mientras el proceso judicial avanzaba.
Pero, bueno, acá lo importante y escandaloso es que "el incendiario Gustavo Petro lanzó veneno en contra de la derecha colombiana, exigiendo que se tenga un poco de criterio con las personas que asumen estos cargos".
