Uno de los ganadores del premio nobel de Economía, J. Robinson, ha sido un estudioso del fenómeno de la corrupción, el clientelismo y la violencia en Colombia.
Por muchos años ha estado investigando el país, su historia y sus instituciones, por lo tanto, su diagnóstico no es el de una conferencia sino el resultado de muchos años de estudio.
El resultado es contundente y claro, el clientelismo es el factor determinante del atraso del país, de sus instituciones y origen de la corrupción y la violencia. Clientelismo que ha sido la constante de las elites gobernantes desde la colonia y que no han estado dispuestas a cambiar y que son las que generan la mayor desigualdad y exclusión, señala el nobel.
La solución es instituciones más incluyentes y democráticas. Aunque no lo señala explícitamente sino se democratiza el empleo público imposible tener una sociedad moderna, democrática e incluyente.
Que un premio nobel de economía dedique sus estudios al país y haga un diagnóstico que le vale el premio nobel debe de ser atendido por todos los sectores y actores que toman decisiones para encumbrar al país por los caminos de la modernidad y la verdadera democracia.
En Colombia ganó la izquierda que dice representar un cambio pero en esta materia del clientelismo nada ha cambiado.