Hasta el mismo Edgardo Román se sorprende con la crueldad de su personaje en La Gloria de Lucho. En la novela, inspirada en la vida del polémico ex concejal Lucho Díaz, el actor interpreta al padre del protagonista. Se trata de Gonzalo Díaz, un hombre desalmado que derrochó el dinero que pudo haber usado para la educación de su hijo y mantenimiento de su hogar en trago y mujeres. Además, golpeaba tanto al pequeño Lucho como a su esposa y luego los abandonó. Una de las escenas más recordadas fue cuando el protagonista, después de muchos años sin verlo, fue a pedirle ayuda para pagar los gastos de la hospitalización de su hija quemada, y él se negó. Otra fue cuando se burló de su hijo por verlo como embolador de zapatos. No en vano el personaje es uno de los más odiados por los televidentes de la novela.
Nada más alejado de la realidad. En la vida real Edgardo Román fue padre y madre al mismo tiempo. Sacó adelante a sus dos hijos. Uno de ellos, Julián, siguió los pasos de su padre y es actor. Sin embargo, su hermana Liliana hizo una vida lejos de las cámaras y los escenarios. Ella, que ya se acostumbró a ver las caras de sorpresa entre sus conocidos cuando se enteran de quiénes son su hermano y su padre, es madre de los únicos dos nietos que hoy tiene Edgardo Román.
No obstante, el actor admite que tomó elementos de su propio padre para construir al temible personaje de La Gloria de Lucho. Su padre, que fue militar, le impuso una sólida formación en donde cualquier falla era motivo de un golpe. Los abrazos fueron nulos. Solo hasta que vio que su nieto Julián también triunfó con la actuación fue que consideró el oficio de Edgardo como una profesión respetable.
Fueron cinco años los que Edgardo Román estuvo alejado de la televisión colombiana. Su última aparición había sido la serie Metástasis, adaptación colombiana de la popular Breaking Bad en 2014. Desde entonces se dedicó a vivir de su academia de actuación, donde forma a varios jóvenes que sueñan con ser actores. La academia, que durante muchos años estuvo ubicada en el Park Way, recientemente se mudó a Fontibón. Según dijo el veterano actor, la decisión se debe a que quiere que los jóvenes del barrio donde creció vean en la actuación una oportunidad para salir adelante, como lo hizo él en su época.
En alguna ocasión contó en una entrevista para La Red, de Caracol, que ni él sabe por qué duró cinco años por fuera de la pantalla chica. Piensa que se debe a que por su físico solo lo llaman para hacer personajes malvados “Depende de las programadoras, de los directores, de los temas (…) A veces creo que esta estructura física que me dio mi Dios no funciona mucho para la televisión. Cuando aparecen guaches, gente mala ahí si lo ponen a uno” dijo Román.
Sin embargo, no le hizo falta salir en televisión para que la gente en la calle lo siguiera reconociendo y aplaudiendo. Hay estudiantes universitarios para los que Edgardo Román todavía sigue siendo Jorge Eliécer Gaitán. En efecto, la interpretación que hizo del caudillo del pueblo hace ya más de 30 años en una serie de tv, todavía es recordada. Es imposible hacer una investigación sobre Gaitán sin toparse con la imagen de Edgardo Román en el personaje.
A sus 68 años, el mayor miedo de Edgardo Román es que la memoria le empiece a fallar. Sabe que el día que eso ocurra va a ser más difícil actuar. No obstante, pase lo que pase, el nombre de Edgardo Román está tan metido en la cabeza de quienes han gozado con sus películas, series u obras que difícilmente podrá borrarse de sus espectadores. Los más de 40 años de carrera que tiene le han asegurado su lugar en el corazón de los colombianos.