¿Por qué decepcionó tanto el capítulo final de Game of thrones?

¿Por qué decepcionó tanto el capítulo final de Game of thrones?

“Los que posan de sabios en Facebook creen tener un cierre mejor al que vimos. La octava temporada demostró que es una de las mejores series de la historia”

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mayo 19, 2019
¿Por qué decepcionó tanto el capítulo final de Game of thrones?

Durante toda la semana tuvimos que escuchar la histeria de los decepcionados porque a Dany, la loca que mandó fritar al papá y al hermano del siempre amado Samwell Tarly, le había dado por cometer genocidio en Desembarco del rey. La última Targaryen domesticó a una raza de asesinos y violadores despiadados como los Dorthraki y quemó pueblos enteros para soltarlos de las cadenas. ¿De verdad creían que ella podía merecerse el Trono de Hierro? ¿De verdad pensaban que esta sicópata mesiánica tendría la serenidad para gobernar siete reinos? No, claro que no, a sus tropas –sedientas de sangre- ya les había hecho la lista de los reinos que quería liberar- Ahí si habría que gritar como los absolutistas españoles de principios del Siglo XIX, ¡Que vivan las cadenas!

No he revisado redes, acabo de ver como Jon Snow se pierde entre la tundra congelada del norte con un millar de salvajes, pero presiento el deja vu. Hace más de una década, cuando se emitió el último capítulo de Los soprano, el equivalente televisivo de El Padrino, no existía Twitter y Facebook era una rareza entre esos obesos frustrados que se hacían llamar cibernautas. Sin embargo cientos de miles de mails invadieron las cuentas de HBO quejándose ante ese final abierto, casi incomprensible, que aún genera tantas conjeturas. En ese momento fue considerado el peor final de la Historia de la Televisión, una decepción tan grande como Lost, una opinión que ha cambiado con el paso de los años.

Acá no hubo finales abiertos, acá todas las puertas se cerraron y con candado, así Arya haya escogido vivir buscando esos lugares que ningún cartógrafo se atrevió a dibujar en un mapa. Cedo a la tentación y entro a redes. Claro, todos se creen más inteligentes que el guionista y se sueltan a echar pestes sobre “el final tan chimbo”. Inmunes a la belleza pasan por alto los históricos planos de toda la temporada y los que vimos en este capítulo final: Daenerys vestida de cuero negro mirando a sus Inmaculados con la imponencia de Hitler en El triunfo de la voluntad, el despertar de Drogón entre las cenizas y el posterior saludo a Jon, la terrible estocada final teniendo de fondo al Trono. Nada de eso sirvió. Lo que les duele a estos sabios faisbukeros es que dizque traicionaron a sus personajes favoritos. En una serie coral como esta, con personajes tan fuertes como Catelyn Stark, a quien sacrificaron hace un millón de años, todos son importantes y todos son descartables. Hasta la propia Reina de los Dragones resultó siendo borrada de esa carrera y ni hablar de su hermano-tío-novio que terminó en el hueco infecto de donde nunca debió haber salido. ¿De verdad no veían venir que Bran sería el rey? ¿Hay alguien más dotado para mandar el mundo que Funes el Memorioso?

La Octava temporada de Game of Thrones logró algo que pocas series de televisión pueden ostentar y es tener planos que le recuerdan a uno la grandeza del cine. Hubo dos que a mí me asombraron: la pelea de La Montaña con su hermano el Perro en las escaleras, mientras Drogón repartía Dracarys a placer de su mamá y una escena en la Larga Noche que me recordó inmediatamente al Kurosawa de Kagemusha: Jamie peleando entre el fuego que salía de las murallas de Winterfell. Incluso esta noche vi otro momento precioso, evocador y que me hizo sentir en un western: Jon entrando al Muro como John Wayne regresando a Fuerte Apache.

Es normal que sientan esa decepción. Todos tenían en sus cabezas un final diferente al que vimos hoy, quien sabe cuántos Fan Fiction de pacotilla se van a escribir en estos días, serán millones. Obviando el segundo capítulo donde vimos algo tan abominable –e improbable- como la pérdida de la virginidad de Arya, esta Octava Temporada tuvo la majestuosidad, la angustia y el horror que volvió a Game of thrones una enfermedad universal, por algo la criticadísima Larga noche es uno de los capítulos que más se ha repetido en internet en la historia de la televisión: es difícil que una batalla de sesenta minutos no termina aburriendo al más sádico.

Claro que no les iba a gustar….es tan fácil pasar por inteligente en Facebook. Habrá que esperar años para que entren en razón, años para que entiendan que una serie con la grandeza de Game of thrones se da una vez cada década. Si, con este final GOT entraría al Olimpo de las series. Para el cierre y para que me detesten más, les escupo lo que para mí serían las cinco mejores series dramáticas del Siglo XXI  y en su orden:

  1. Los soprano
  2. Mad Men
  3. Breaking Bad
  4. Vinyl
  5. Game of thrones.

 

 

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