Empecemos en orden: un remake es una nueva versión de algo, se usa en cine, en TV, entretenimiento, incluso los conocedores de videojuegos también usan la palabra.
Amar y vivir fue la serie más exitosa de los 80. Difícilmente hoy día se observa tanta pasión por cumplir un horario para ver el avance de una serie de TV, y no es solo por lo buena o mala que pueda llegar a ser calificada, sino porque la tecnología permite ver el capítulo cuando la audiencia tenga el tiempo para poner la suficiente atención.
Cuenta Waldo Urrego, actor de la serie Original Amar y vivir en un video que está en YouTube, que hasta en el Congreso de la República pausaban una plenaria para ver cada capítulo.
Hace pocos días Julio Sánchez Cóccaro en una entrevista en BLU Radio refiriéndose a la serie original Amar y vivir, dijo: “Cuando sonaba el cabezote de la novela se desocupaban las calles, todo el mundo estaba viendo Amar y vivir”.
María Fernanda Martínez, protagonista de la serie original, contó en una entrevista hecha en un programa de Canal Capital en 2019, que recordaba con mucho cariño el momento en que les llegaban cartas en esa época desde lugares recónditos de Colombia, en las que estaba detallado que mucha gente debía tomar una canoa para poder ir a un pueblo o vereda donde hubiese un televisor para poder ver la serie. Entre otras opiniones del público, que hoy se pueden leer en las redes sociales sin dificultad.
Cuando los televidentes se enteraron en 2019 que Fox Telecolombia produciría para Caracol TV una nueva versión de Amar y vivir, se generó mucha expectativa, en su gran mayoría los comentarios en redes calificaron la apuesta de, osada, atrevida, y arriesgada. No obstante, el público que aún se encontraba de vacaciones y el que no, se conectaron con Caracol TV a las 9:00 p. m., el día del estreno.
Antes de continuar escribiendo este texto, me pregunté, ¿a alguien se le ha ocurrido hacer un remake de clásicos del cine como El exorcista, Pretty woman, La lista de Schindler, Titanic, El curioso caso de Benjamin Button, Slumdog Millionaire, entre otros títulos? La respuesta que encontré entre 12 cinéfilos amigos cercanos fue “muy seguramente sí, pero no lo hicieron porque el director, guionista, producción y actores dejaron la vara muy alta, y para hacer un remake, o se hace mejor o se hace una adaptación con otro nombre, lo que me lleva a concluir que por ahí hubiese funcionado mejor la apuesta de Caracol, algo que sí supo hacer RCN, pues Pa’quererte es una adaptación de la mexicana Papá a toda madre.
Los que vieron la serie original de Amar y vivir, hoy tienen más de 40 años. Es una población muy grande pues supera los 11 millones 800 mil habitantes, datos obtenidos de la pirámide poblacional de Colombia al cierre de 2019. En el proyecto no contaban con este dato y muy seguramente pensaron que solo unos pocos enumerados con los dedos podrían recordar la historia de amor entre Irene y Joaquín
La actual Amar y vivir carece de “talento explotado” y digo explotado porque ¡hay talento! pero no exigencia, cada actor puede dar más de sí mismo, ¿no hubo en esta oportunidad una buena dirección?, en aquella época el director Carlos Duplat, sabía lo que quería y lo logró. En los años 70 y en los 80 los directores se daban el lujo de repetir 20, 30 o 40 veces una escena hasta que quedara perfecta, al parecer las cosas han cambiado, hoy un plan de grabación se cumple o se cumple, pues cada día que pasa sin terminar rodaje propuesto es pérdida económica para la producción, en otras palabras, hay más atención puesta en la inversión, que en la calidad del producto final.
En Amar y vivir del 2020, se evidencia una belleza exagerada entre sus talentos, que se pudo haber cubierto con maquillaje, vestuario, peinados, era muy fácil ir a una plaza de mercado, un día entero y observar cómo se visten los colaboradores en estos puestos comerciales de la ciudad.
El español usado en la serie actual no se conecta con el léxico de un campesino que llega a la ciudad con la vendedora de frutas, con el leguaje de mando de la Policía. Acá la culpa no es de los actores, pues ellos se rigen a lo escrito por la libretista. Creo que faltó más tiempo para conectar los hilos de la historia, y ni decir del casting, pesaron más las caras bonitas y conocidas de Carlos Torres y Ana María Estupiñán, que la aptitud de cientos de actores que hacen fila para protagonizar una historia de amor, salvo Cuellar quien hace lo mejor posible sin copiar al maestro Waldo Urrego.
En la serie original el libreto daba protagonismo al reparto, la gente recuerda con temor a Cuellar, con cariño a “Chacho”, con lástima al alcohólico Mateo, tanto, como a los protagonistas. Todo pasa tan rápido en esta nueva versión que en el primer capítulo gastaron media historia.
Si mal no recuerdo, el común denominador de telenovelas mexicanas exitosas como, La fiera, Los ricos también lloran, María Isabel; o venezolanas como, Cristal, Topacio, Cara sucia; o colombianas como, Café con aroma de mujer, Lola calamidades, Pasión de gavilanes, entre cientos de títulos más, era que los protagonistas no se conectan en el primer capítulo, se cruzan, se genera expectativa, al punto que cuando se conozcan, hablen y salgan; esto hace que suceda algo en el televidente tan mágico, que pueda generar una lagrima o una inspiración para sentirse enamorado. Por más que los tiempos cambien, y la tecnología, aborde al ser humano, todavía hay gente que se enamora, y prefiere llevar las cosas con calma; ya sea millenial, centenial, o generación X, quienes a sus vez han relatado al enamorarse, sentir lo mismo, que describieron sentir los enamorados del pasado, es decir, la sensación no ha cambado, así como no cambiará en el ser humano el sobresalto de dolor de estómago, dolor de muela, o el placer de dormir.
Es más que claro que las historias de amor de estratos altos, no son tan llamativas como las historias de personas humildes, queda demostrado en los índices de sintonía a lo largo de la historia, por lo menos en Latinoamérica; y eso lo sabía desde un principio Germán Escallón creador de la serie original, y siempre lo supo la cubana Delia Fiallo conocida como “la madre de las telenovelas” quien aseguró en 2018 que la telenovela está muriendo como género, porque los libretistas se están olvidando de las emociones.
No había necesidad de hacer un remake de Amar y Vivir, RCN lo hizo bien, no hizo una nueva versión de Betty la fea, y prendió televisores después de tantos años, al igual que Los reyes. La historia original de Amar y vivir con seguridad marcaría mucho más de lo que marcó Bolívar y María Magdalena. De aquí en adelante muy seguramente a alguien se le ocurrirá proponerle a Colombiana de TV, pasar en Colombia en señal abierta o en plataforma de streaming, la serie original de Amar y vivir.