Por qué Daniel Coronell no tiene razón sobre Petro

Por qué Daniel Coronell no tiene razón sobre Petro

"Aquí el asunto principal no es si Petro es o no un buen candidato, sino si puede resultar electo o no"

Por: Camilo David Cárdenas Barreto
enero 09, 2018
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Por qué Daniel Coronell no tiene razón sobre Petro

En una entrevista publicada en el sitio de noticias y análisis político La Silla Vacía, Daniel Coronell, un célebre y valiente periodista investigativo, inauguró el año 2018 con unas declaraciones que han generado polémica: Petro no será presidente. Pero no es la primera vez que sepulta prematuramente esta candidatura: en su columna El partidor para la Revista Semana Coronell ya había sostenido que Petro era un candidato tóxico y que hubiera convenido más que estuviera en el Senado y no como candidato a la presidencia. El principal argumento para esto, expresó, es que "su negativo le pone un techo muy bajo que ya tiene pegado a la cabeza". Quiero argumentar, simplemente, por qué considero que esta vez Daniel Coronell se equivoca.

En ciertos sentidos, la entrevista de La Silla Vacía no hace más que repetir implícitamente este argumento, a los que agrega el hecho de que Petro encarne el "miedo al castrochavismo" —por su relación con Chávez y su tibieza para criticar a Maduro— y "su pobrísimo desempeño como administrador", un juicio valorativo para el que no aporta razones.

Ahora bien, afirmar que Petro tiene un techo electoral bajo no se sostiene desde los propios análisis que Coronell ha hecho sobre las encuestas. En su columna ¿Por qué las encuestas se están equivocando tanto? Coronell afirma que las encuestas han entrado en un "descrédito universal" por su incapacidad de predecir resultados electorales. Una serie de cambios tecnológicos —como el paso del teléfono fijo al uso masivo del celular— y de vivienda —la proliferación de personas que habitan en conjuntos cerrados cuyas posiciones políticas son difíciles de medir— "volvieron obsoletas herramientas y técnicas de recolección de datos tradicionalmente usadas por las firmas encuestadoras". A eso añade el que en los tiempos de "lo políticamente correcto" las personas temen expresar públicamente sus verdaderas posturas.

Este sería el caso del plebiscito de 2016, en el que lo "políticamente correcto" era haber votado por el sí al "acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, y en ese sentido las encuestas recogían una posición "políticamente correcta" aunque en su fuero interno no apoyaran los acuerdos de paz que llevarían, por ejemplo, a la participación político-democrática de miembros de la exguerrilla de las FARC —¿y acaso votar por Petro no puede ser considerado para algunos sectores como una acción "políticamente incorrecta"?—. La conclusión de Coronell es que tal vez las encuestas presidenciales para las elecciones de 2018 siguen sin medir lo que realmente quiere la gente y que el que las encuestas digan que Fajardo, Petro, Vargas Lleras y De La Calle —o Duque— figuren entre los cuatro primeros opcionados podría ser una asunción alejada de la realidad política del país.

Pues bien, si estas mismas encuestas son el soporte para que Coronell afirme que Petro tiene un techo electoral bajo —dado que Coronell afirmó que Petro debería aprender a leer estadísticas—, ¿por qué creerles esta vez y no dudar sanamente de esta medición?, ¿por qué no creer que "las herramientas y técnicas de recolección de datos usadas por las firmas encuestadoras" son incapaces de medir con precisión el techo electoral de los candidatos? ¿O en un caso sí y en otro no? Parece que en este caso hay un doble rasero de parte del análisis de Coronell, que no es consecuente, en esta ocasión, con su análisis sobre el desprestigio de las encuestas.

No obstante, aún aceptando que las encuestas sí pueden dar una aproximación fidedigna sobre el techo electoral de Petro, ¿por qué creer que siempre será así? ¿No muestra el caso de la inesperada victoria de Trump la volatilidad de los hechos políticos? ¿Qué podría realmente sostener la opinión de que Petro no puede ser presidente? ¿Acaso Coronell puede aislar todas las variables políticas para predecir el futuro electoral-presidencial del país? Mucho me temo que la realidad social es más compleja que eso y ninguna ciencia social, ni siquiera la más rigurosa ciencia política, puede predecir el futuro: a lo sumo puede dar algunas indicaciones sobre qué podría pasar y ofrecer escenarios respecto a qué hacer si aquello posible llegase a ocurrir. Una variable nueva, un hecho social nuevo podría cambiar el escenario político a favor de Petro. Por ejemplo, Álvaro Uribe, el disidente del Partido Liberal, finalmente triunfaría en 2002 tras el estrepitoso fracaso, ocurrido en ese año, del proceso de paz con la guerrilla de las FARC adelantado por Andrés Pastrana. De ese modo, se crearon las condiciones para que su discurso de mano dura calara en el sentir de millones de colombianos y resultara electo como presidente de Colombia. Horacio Serpa, que paulatinamente dejaría de ser el favorito, acumularía una nueva derrota electoral en su haber. ¿Puede Daniel Coronell afirmar con certeza que algo parecido no podría ocurrir?

Repito: aquí el asunto principal no es si Petro es o no un buen candidato, sino si puede resultar electo o no. Si uno todavía confiara en que pese a la volatilidad de los hechos políticos las encuestas son capaces de medir aproximativamente un momento coyuntural, un "estado temporal" de las preferencias políticas del país, en 2010 las encuestas no registraban que Petro figurara al menos entre los tres primeros candidatos, sin embargo, a 2018 Petro ha figurado entre los tres primeros, pues su candidatura también responde a un sentir de la población colombiana ansiosa no sólo de una igualdad legal ni de una mera implementación de los acuerdos, sino de una "justicia social" y "ambiental" más profunda dentro de nuestra debilitada democracia liberal. El mapa político, tras una implementación de los acuerdos de paz que en medio de tantas improvisaciones, trabas e incumplimientos ha logrado el hito histórico de desarmar al sector más significativo de las FARC, ciertamente ha cambiado. No puedo afirmar que Petro vaya a ganar las elecciones. Puede que a la postre las hipótesis de Coronell se cumplan y Petro pierda arrolladoramente. Pero, de momento, simplemente no lo sabemos.

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