No es de extrañar en los actuales momentos el tema del préstamo a Avianca. De hecho, y emulando al enunciado judicial de la detención, todo cuanto Duque diga o haga será utilizado en su contra. No importa si tiene la razón. ¿Qué más da que lo que proponga sea razonable? Aquí lo que importa es que haya una frase, un gesto o un pequeño error para caerle al gobierno de turno, tal como lo enunció un candidato cuando perdió las pasadas elecciones presidenciales.
Y es que el mencionado sujeto tuvo la desfachatez de decir, cuando se dieron los resultados del plebiscito, contrarios a los intereses de Santos, las Farc, la JEP y obviamente de Robledo, De la Calle, Benedetti y otras yerbas aromáticas, que "en la Costa nadie vota si no se ve la plata". ¿Cómo así, señor candidato aplastado? ¿Quiere eso decir que los votos que usted obtuvo en la costa fueron comprados? No de otra forma puede interpretarse su afirmación.
Pero retomando el tema del préstamo a Avianca, ¿dónde radica la ilegalidad?, ¿acaso la constitución dice que debe consultarse a la resentida oposición previamente? Este gobierno ha dado subsidios a empresarios, a trabajadores y a empresas privadas de toda índole, aun así ahora nos quieren vender la idea de que el préstamo a Avianca es corrupción. Vaya desfachatez.
Se orquestan paros para "marchar por la vida" (¿?) y el presidente de Fecode repite al pie de la letra el discurso del ventrílocuo... del cual todos sabemos claramente su identidad, porque prometió bombardear el gobierno de Duque.
Quiero terminar mi pequeña nota con una pregunta: ai se monta la izquierda en Colombia, ¿la oposición gozará de las mismas garantías que hoy tienen los criminales congresistas, los candidatos derrotados y resentidos, y los que promueven a sus sindicatos para adelantar paros, esperanzados en la promesa de un ministerio (por ejemplo, de Educación), si Petro llega al poder?