A lo largo de los años, en Colombia podemos evidenciar miles de controversias y múltiples opiniones, las cuales son más evidente gracias a los partidos que mandan este país, pero en realidad, ¿qué es lo que pasa en Colombia?
En el país más feliz del mundo solo son felices los más ricos y corruptos, donde los niños viven con hambre, las casas se caen y la educación solo se utiliza como un tapadero de las múltiples estafas, y eso lo podemos evidenciar día tras día en las universidades públicas y colegios distritales que se ubican en el ámbito nacional, donde los recursos se desvían y la implementación de estos nunca se evidencian.
Aquí nos preguntamos muchas veces si será mas importante estudiar o trabajar. ¿Somos ricos? Sí, pero en corrupción y pobreza, la mayoría de la gente de este país se encuentra en pobreza en el ámbito económico, educativo, de salud, y podríamos seguir… pero la verdadera pregunta que nos hacemos es: ¿qué pasa en Colombia? Pues bien, Colombia se volvió el foco de la corrupción y explotación de recursos naturales, donde el dinero se prioriza sobre la calidad de vida a futuro.
Siendo un país rico en recursos, seguimos creyendo que la salida es importar todo del exterior, sin darnos cuenta de que podemos lograrlo nosotros mismos. La corrupción en Colombia cada vez es más evidente, y lo peor es que poco se toma en serio.
La gente ya toma normal el criadero de ratas que vive en la mayoría de los entes distritales y nacionales. Sabemos de antemano que los que se atrevan a sacar a luz pública múltiples falencias o hechos de corrupción están condenados a salir de su país o morir en el intento de dar a conocer lo que verdaderamente pasa en Colombia.
En el país más feliz del mundo, todos mandan menos los colombianos. Las empresas extranjeras se apoderaron de nuestro país, y la sonrisa la utilizan internacionalmente para tapar el daño ambiental y económico que ocasiona la llegada de extranjeros en busca de la explotación.
La falta de criterio del gobierno y los entes encargados del país solo se hacen los de ojos ciegos, y sacan provecho de la situación, mientras que las micro, pequeñas y medianas empresas solo buscan sostener la economía de sus trabajadores y de sus familias.
Ahora la pregunta que nos ronda en la cabeza es: ¿qué estamos haciendo para que en el país más feliz del mundo exista menos corrupción y mejores oportunidades en el ámbito nacional?